Un gran Real Valladolid golea en Los Pajaritos a un rival que era intratable en su estadio. Dos goles de Javi Guerra, uno de Sisi y otro de Pérez acercan el ascenso directo dos puntos más 

Este grupo de futbolistas que forman el Real Valladolid tiene alma, carácter y ganas de conseguir el objetivo. Juntos, de la mano, consiguen superar todos los obstáculos que se encuentran en el camino, y no están siendo pocos. Con compañerismo y trabajo eliminan trabas deportivas y extradeportivas para ser cada día más grandes. Ya lo comentaba Miroslav Djukic en la rueda de prensa del jueves, “estos jugadores son héroes” y ante el Numancia lo han demostrado. Todos los integrantes del actual vestuario blanquivioleta se están ganando el cielo por defender el escudo laureado por encima de todas las cosas. 

Ya no es por el resultado, ni por el juego, ni tampoco por ver que pese al minuto o resultado la intensidad es la misma, lo mejor de este Real Valladolid es que todos hacen grandes a todos. Sea Juanito, Manucho, Aquino o Nauzet el que llegue fuera de forma y desubicado, el equipo le hace sentirse como en casa dentro del terreno de juego. Todos tienen el mismo objetivo y luchan por él a muerte. Por ello son grandes y por ello están a cuatro puntos del ascenso directo a Primera división, el objetivo de este equipo y que hace escasas semanas parecía imposible. 

MesSisi 

Cuando el juego de un equipo de fútbol parece un poco anclado es el momento en que aparecen sus grandes jugadores, esos futbolistas capaces de subirse a las espaldas el peso del partido. Para dicho objetivo el Pucela posee varios jugadores con esa capacidad. Sisi y Javi Guerra son dos de ellos y en Soria así lo han demostrado. Cuando los locales presionaban más a los pucelanos tanto el ‘9’ como el ‘21’ han tirado del carro. Lo han hecho para encarrilar el partido y dejarlo casi finiquitado a los 37 minutos. 

Un gol de pillo del delantero malagueño y un tanto más propio de Primera división que de la Liga delante de Sisinio González acercaban al Real Valladolid a la victoria y, por consiguiente, a los pies de un Celta de Vigo que se frotaba las manos tras ganar en Valladolid pero que ahora siente la presión blanquivioleta. La nota por el alma, empuje y ansia de victorias de este equipo, un club con alma grande.

Ese caracter puede con todo. Por ejemplo, en el momento en que se hacían oficiales las alineaciones del Real Valladolid se confirmaba el mayor miedo que podían tener los aficionados del Real Valladolid. La presencia de Juanito en el eje de la zaga tras más de cinco meses sin competir eran una incógnita muy importante que el andaluz debía eliminar y que zanjó.

El campeón de Europa conseguía despejar los interrogantes que surgían sobre su rendimiento en pocos minutos. El equipo le ha hecho mejorar y sentirse cómodo. No es nuevo ni algo poco comentado, este Real Valladolid se sustenta en su familiaridad de vestuario y con el ex del Atlético de Madrid se ha visto el último ejemplo. Primero fue Víctor Pérez quién fue recibido con los brazos abiertos y ha terminado siendo uno de los mejores futbolistas del equipo, más tarde Manucho, que ahora se encuentra lesionado, y el último es el veterano central. Con esta seguridad que aporta el equipo no hay duda de que los futbolistas y aficionados pucelanos quieren ya el siguiente duelo. Todos desean que pase el siguiente, la Unión Deportiva Las Palmas.
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