El trauma del descenso la temporada 2009/2010 fue terrible. El resultado final de un equipo confeccionado para las más altas expectativas destrozó la ilusión de los aficionados pucelanos. Ese vestuario no supo responder a las perspectivas ni defender el escudo del Real Valladolid como corresponde. La dureza de aquella campaña tuvo unas secuelas que aún perduran en muchos momentos en la historia del Real Valladolid pero que este año parecen estar desapareciendo o, como poco, están ocupando un segundo o tercer plano. 

Si nombres como Haris Medunjanin, Pelé, Nivaldo, Jonathan Sesma, Héctor Font o Fabricio aparecen menos en las conversaciones pucelanas es por profesionales como Alberto Bueno, Óscar González, Javi Guerra, Sisinio González, Álvaro Rubio o Víctor Pérez. Todos los futbolistas que representan hoy el Pucela son dignos merecedores de todo elogio y halago. Lo que Djukic y sus futbolistas están realizando se escapa de cualquier calificativo por ser la demostración palpable de que el club blanquivioleta tiene los mejores representantes que éste podía buscar y necesitar. 

Tras el varapalo de hace dos temporadas, todos buscaban mucho más que futbolista de calidad o prestigio. El aficionado del Real Valladolid ansiaba profesionales con todas las letras. El pucelano que va cada 15 días al estadio José Zorrilla quería, y quiere, jugadores que aunque no sean de la ciudad se dejen todo por el equipo, el club y por ellos. Y así está siendo. Este vestuario, con problemas que en otras ocasiones hubieran significado el fin, está dando un paso adelante para decir con voz alta y clara que lo ocurrido en la 2009/2010 será una historia olvidada porque la temporada 2011/2012 curará todas las penas. 

Para que esas heridas abiertas o mal cicatrizadas de hace dos temporadas sean curadas, los jugadores blanquivioleta necesitan un último aliento. Precisan de ese apoyo que los futbolistas de Clemente tuvieron en la victoria de El Molinón o en las visitas al Vicente Calderón y el Camp Nou. Juntos, de la mano, no hay duda de que vestuario y afición volverán a ser de Primera porque los dos se lo han ganado a pulso merced al sufrimiento de dos años de penas y dificultades que pueden verse recompensados en breves semanas.