15 minutos, una ocasión clara de gol y un tanto vital para el Real Valladolid. El angoleño ha regresado de la lesión y lo hecho con más fuerza que nunca y más comprometido que en toda la temporada. Ante el Cartagena ya demostró muchas de sus cualidades y ante el Deportivo no ha sido menos. El trabajo de ambos partidos se ha visto recompensado con el tanto en Riazor en el minuto 94. Un punto tan importante para el equipo como para el propio jugador. 

Desde el primer minuto y hasta el 90 el extremo canario estuvo luchando por el equipo. Tuvo mayor o peor suerte pero el ‘7’ ha trabajado sin descanso en el costado derecho para surtir de balones a los jugadores pucelanos. En la última jugada del partido un centro suyo, producido por una lucha constante por su parte de una posesión ha servido para un punto de dimensiones incalculables. 

Partidos tras partido y minuto tras minuto el albaceteño demuestra por qué es uno de los jugadores más utilizados de la plantilla y uno de las mayores sorpresas de la temporada. Ante el Deportivo, en el partido de mayor presión de la temporada, ha manejando el juego ofensivo del equipo con pases entrelíneas, combinación con las bandas y determinación en el último cuarto. 

En un partido de guante blanco, la acción de Jaime en el minuto 23 es la única determinante y crucial. Por suerte para el cancerbero, el tanto de Manucho amortiguó la dureza de la acción y el penalti no fue determinante.