Tras lo acontecido ayer, Manolo Jiménez es uno de los hombres de moda del fútbol español y uno de los protagonistas de la temporada que acaba de terminar en la máxima categoría española. En ella, en el objetivo por el que lucha el Real Valladolid, está el espejo en el que se deben mirar los pucelanos para enfocar los últimos cinco partidos. 

El entrenador andaluz ha dado un ejemplo en el último tramo del campeonato de exigencia y trabajo psicológico y como ya le pasara a él, nada debe cambiar por un mísero gol. Es cierto que el tanto que Manucho anota en propia puerta el pasado domingo es un mazazo importante, pero la acción no debe cambiar un ápice de lo que el Real Valladolid ha generado y trabajado hasta el mes de mayo. 

Como Manolo Jiménez comentó después de que el Real Zaragoza perdiera 1-0 ante el Mallorca, y firmara lo que para muchos era el descenso del club, “el equipo ya no tiene margen de error”, pero tiene mucho que ganar. Con el tercer puesto que ocupa ahora el Pucela muchos lo dan todo por perdido. Demasiados, al ver el fatídico tanto del angoleño, arrojaron la toalla antes de salir del estadio. Cientos de aficionados dejaron de creer en el ascenso directo por un gol. Un tanto lleno de mala suerte, rodeado de infortunio cuando quedan aún cinco jornadas para el final del campeonato. 

Pucela, sólo Pucela 

Si hace un mes los nervios de los partidos del Real Valladolid eran similares a los que existían cuando jugaba el Celta de Vigo, ahora mucho más. Pese a que como se comenta “el Real Valladolid ya no depende de sí mismo”, no se debe mirar más allá de los resultados del equipo de Miroslav Djukic. 

Es complicado, pero aquel que desee el ascenso blanquivioleta, debe restar presión a los partidos que juegue el equipo de Paco Herrera. Aunque parezca una incoherencia, yo, Ángel Velasco, sigo pensando que los blanquivioleta dependen de sus resultados para ascender como segundos clasificados. Si en los próximos cuatro partidos el Real Valladolid consigue tres victorias, los vigueses picharán. Lo hará como lo han hecho todos los equipos que el Real Zaragoza tuvo en la carrera de fondo para la salvación. 

El carisma de este equipo

Los maños lo tenían difícil pero sólo miraban por lo suyo. Eran conocedores de que los rivales picharían si ellos eran capaces de meter presión, y así fue y así será con el Real Valladolid. En la jornada 39ª y en la 40ª no existe otra cosa que no sea el Real Valladolid. Con la hipotética suma de seis puntos, los de Djukic estarán con un pie en Primera división y lo harán independientemente de los resultados del Celta de Vigo y del calendario que a ambos le resten para el final. 

Será así no por la ceguera en un objetivo soñado, se cumplirá lo comentado en este artículo porque el vestuario blanquivioleta demostrará una vez más que posee carácter y que nada ni nada puede romper ese juramento que el vestuario hizo para devolver al Real Valladolid al sitio que le corresponde, la Primera división.