Cuando solo faltan 22 días para que comience la liga en lo que es el retorno del Real Valladolid al lugar que nunca debió abandonar, la Primera División, el ambiente que rodea al conjunto de José Luis Mendilibar no puede ser mejor: la pretemporada va por el buen camino, el stage que se realizó en los Países Bajos se saldó con un Real Valladolid invicto tras jugar cinco partidos contra rivales de la Primera División holandesa y belga, pero sin ninguna duda el aspecto más importante y que más ilusiona a jugadores, cuerpo técnico y directivos sin dejarse a la propia afición es que el Real Valladolid tiene en este momento, a falta de un mes para el primer encuentro en el José Zorrilla, el mayor número de abonados desde hace ocho años, esto demuestra que la afición confía y mucho en el planteamiento que ejerce el entrenador pucelano, Mendilibar, y es que no es para menos porque el resultado del año pasado hace pensar que si el equipo trabaja como lo hizo la temporada anterior no se tendrá problemas en conseguir el objetivo prioritario: la salvación, porque a pesar de que otros equipos tiene mejores nombres en su plantillas, dudo que equipos que vayan a luchar por el descenso y hasta quizás en toda la categoría tengan un grupo tan unido y compacto como el que consiguió realizar el año pasado el gran artífice de esta ilusión; José Luis Mendilibar.

En este momento soy una persona con ilusión y ganas de que comience la nueva temporada y que el Real Valladolid visite los mejores estadios del mundo y vuelva a competir, tras tres años en la división de plata, en la mejor Liga del mundo, esta ilusión se debe al gran conjunto que hay en la avenida del Mundial 82, porque independientemente del gran grupo que existe de la mano de Mendilibar, el entrenador vasco forma junto a Carlos Suárez, tan criticado pero a la vez tan “culpable” del éxito pucelano, y José Luis Pérez Caminero un tridente impresionante que sabe manejar los tiempos y mover sus hilos con una maestría propia de grandes profesionales como ellos, por ellos y su gran trabajo propongo a los aficionados pucelanos más nerviosos a que esperen para que vean a su Real Valladolid tan querido ganando o perdiendo en Primera pero siempre dándolo todo en cada minuto y en cada jugada, porque con trabajo y sencillez se consiguen los éxitos.
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