Tres puntos que son un verdadero alivio por el momento y que quizás son algo más que una simple victoria en un futuro cercano porque todo el entorno del Real Valladolid ve en este partido como ocurrió ser el de la primera vuelta, un punto de inflexión que cambie la dinámica del equipo, en la primera vuelta el equipo de Mendilibar solo había ganado un partido, el del Espanyol en el regreso a Primera, cuando llegó a la Romareda y realizó una épica remontada, marcando tres goles en siete minutos, este partido fue el comienzo del despertar de un equipo que jugaba bien al fútbol pero que no tenía suerte de cara a puerta.

El partido de ayer, el cual tuve el privilegio de vivir en directo en el José Zorrilla, fue un partido bien jugado por el equipo blanquivioleta, sobre todo en la segunda parte, y que con paciencia y por una vez con ayuda arbitral pudo llevarse al bolsillo, es cierto que Lizondo Cortés perjudicó al Real Zaragoza en el gol anulado a Sergio García pero también es cierto que el partido que realizó el Real Zaragoza fue muy pobre, el juego puede salir o no pero la actitud de muchos de los jugadores en el terreno de juego desde la grada era lamentable, jugadores que no corrían cuando perdían el balón, que no protestaban las jugadas polémicas, ni jugadores que se alegraban cuando Zapater consiguió anotar el gol del equipo de Manolo Villanova.

La primera parte del partido fue dominada en cuanto a posesión se refiere por los de Mendilibar pero dominado en peligro por lo de Villanova, ya que en los primeros 45 minutos el Real Valladolid tenía la pelota y dominaba en centro del campo pero no llegaba con peligro a disparar a puerta, cosa que si hizo el Real Zaragoza que con la jugada del gol y un disparo de peligro de Oliveira llevó el miedo a la grada, el pobre bagaje en tiros a puerta (0-2, a favor de los maños) demuestra el miedo a perder de ambos equipos y que preferían defender a atacar.
La segunda parte fue muy distinta, Mendilibar se llevó a todos los jugadores, titulares y suplentes, al vestuario, y allí les aseguró que lo siguientes 45 minutos no eran vitales pero casi, de ahí la gran segunda parte de los blanquivioletas, el Valladolid se hizo con el balón y los tiros a puerta llegaron y de un penalti más que dudoso llegó el empate a uno, Víctor no falla un penalti y menos lo podía fallar en esas circunstancias, tras el 1-1 el Valladolid estaba seguro que se haría con los tres puntos y en el minuto 75 Joseba Llorente adelantó a los blanquivioletas en lo que fue un estallido de jubilo de toda la grada pucelana.
Los últimos minutos fueron de infarto con el famoso gol anulado al delantero catalán del Real Zaragoza y una clarísima jugada de Sesma y Capdevila que desechó el propio Sergio García, si los goles de ambos equipos se vivieron con alegría, el gol de Aduriz contra el Recreativo se celebró como un gol propio pero este celebrado por las dos aficiones.