En la jornada en la que nos encontrábamos ni se puede ni se debe perdonar tanto como perdona el Real Valladolid, un ejemplo más es su visita al estadio del Madrigal, Llorente en lo que era un importante partido para él por el supuesto interés castellonense no cumplió las expectativas, falló dos ocasiones claras, una con el empate a cero y otra con el resultado final de 2-0.

El partido fue muy parecido al de hace una semana en el José Zorrilla contra el Atlético de Madrid, el Real Valladolid llevó el dominó del partido en gran parte del mismo, con una importante presión de centro del campo en adelante, las ocasiones llegaban únicamente a la portería que defendía el estrambótico Viera, ocasiones como las de hace siete días, muy claras pero que no provocaban intervenciones del portero uruguayo. En el minuto 15 el equipo de Mendilibar había gozado de dos ocasiones muy claras, una de Sisi y la más clara de Llorente que no llegó al balón por escasos centímetros, Nihat en ese minuto en la primera que tuvo marcó tras una supuesta falta de Javi Venta a Víctor que el arbitro no señaló ni la retrasmisión del partido enseñó.
Tras el 15º gol del turco en Liga el dominó volvió a ser para el Real Valladolid, el Villareal quería jugar a la contra y no le importaba que el balón pasa a ser del equipo visitante, las ocasiones volvían en gran parte por el gran partido de las bandas del equipo blanquivioleta y el juego de Víctor entre líneas pero la falta de puntería seguía y se mantendría durante los 90 minutos.

Nada más comenzar la segunda parte y después de que Víctor y Llorente volvieran a intentar el gol al Espanyol llegó el segundo gol del Villareal tras una supuesta posición ilegal de Nihat que tampoco mostró con claridad la retrasmisión de Audiovisual Sport, tras este gol el partido murió, el Villareal no quiso jugar al fútbol y el Real Valladolid lo intentó de todas las maneras pero ninguna pudo ser en algunos momentos por la falta de puntería y otras por la tendencia del trío arbitral de barrer para casa en decisiones no influyentes en el resultado pero si decisivas en algunas fases del partido.