1841 días después la imagen cambió

Cinco años y 15 días después el Real Valladolid visitaba el Manuel Ruiz de Lopera con el mismo objetivo que aquella horrible temporada, salvarse de bajar a la Segunda División, para hacer frente a las diferentes batallas con mismo objetivo había una diferencia muy importante, el entrenador. En aquella temporada 2003/2004 en el banquillo blanquivioleta se encontraba Fernando Vázquez, no en este encuentro en concreto ya que pocas semanas atrás había sido despedido pero si estaba presente su desastrosa negociación de un vestuario en el legado que le dejó a Santos, esta temporada por el contario, como las dos anteriores, el banquillo blanquivioleta está siendo ocupado por José Luis Mendilibar. Diferencia abismal entre el vaso y el gallego. Nadie lo puede negar.

Aquel trágico 16 de mayo de 2004 el Real Valladolid perdía por un gol a cero, tanto del brasileño Assunçao, y firmaba su descenso virtual a la hoy llamada Liga adelante, en cambio este 31 de mayo de 2009 el Real Valladolid de José Luis Mendilibar firmó su permanencia un año más en la máxima categoría del fútbol español.
¿Porqué tanta diferencia de un año a otro? (Considerando un descenso una diferencia como la noche y el día) Por las sensaciones que dejaba el equipo, la temporada del descenso y esta no se distanciaban mucho en el guión de transcurso, un conjunto que parece conseguir el objetivo pronto y que tras unos buenos resultados se duerme en los laureles y no termina de realizar el trabajo, la diferencia es que este año el equipo dejaba por lo general buenas sensaciones, en los dos últimos encuentros antes de la “final” de Sevilla el equipo de Mendilibar había perdido, Racing y Sporting, pero había conseguido dejar una imagen digna de un equipo y no de un vestuario roto y desalmado como dejaba por donde iba el grupo formado por Zapata, Richetti, Losada, etcétera, este año el grupo formado por Víctor, García Calvo, Iñaki Bea…supo sobreponerse a los golpes de la Liga y luchar juntos, con la afición por el objetivo que se marcó meses antes.
Por mucho jugador que haya en un equipo si este no tiene un guía que le lleve por el buen camino nada, pero nada tiene sentido ni futuro, esta vez, gracias a Dios y a Carlos Suárez que le contrató hace unos años, el Real Valladolid tenía a Mendilibar y las sensaciones en el Ruiz de Lopera como en todo el campeonato, por lo general, fueron muy buenas, nada que ver con las de hace cinco años. Gracias a este partido cada vez que vuelva a ver el Ruiz de Lopera o Benito Villamarín no me vendrá a la mente aquel balón que pasaba por encima de la cabeza de Bizzarri y que significada más de pie y medio en la Segunda División española para un histórico de Primera.