Sensaciones malas, pero futuro largo

El Real Valladolid pierde justamente en su visita a Vila-Real tras realizar una primera hora de partido muy escasa en ocasiones y pobre en juego. Tras el gol de Diego Costa, cuarto de la temporada, el conjunto mostró mejores maneras y llegó más a área rival.


Durante toda la semana en Valladolid se había recordado el partido del año pasado en el Madrigal. 0-3 y grandes sensaciones aquel 22 de noviembre. Todo lo contrario ocurrió esta temporada, justo un año después. Un Real Valladolid con pocas ideas en ataque se vio superado por la escasa seriedad defensiva, lastre táctico que lleva soportando el equipo desde principio de campaña. Finalmente el equipo local aprovechó dichas carencias de los visitantes para ganar tres tanto a uno, quizás marcador corto para ambos equipos. Durante 60 minutos el Villarreal pudo golear y durante los últimos instantes, el Real Valladolid pudo anotar un tanto más, pero la relajación amarilla no fue tan excesiva como hacer peligrar los tres puntos, ni tan siquiera dos.

Si un equipo no tiene confianza defensivamente la cosa pinta mal, y más si le añades un gol tempranero, por ello el conjunto blanquivioleta dejó malas sensaciones en Vila-Real. Dicho tanto llegó tras jugada de Escudero y remate de Nilmar, cuando tan sólo se llevaban seis minutos de juego. Paradójico fue que el primer acercamiento peligroso del partido llegara en manos del Real Valladolid. Quizás la mejor jugada entrelazada en los primeros 45 minutos acabó con un disparo de Canobbio que rozó el palo izquierdo de Diego López. Lo dicho, 45 minutos y lo poco brillante del Real Valladolid se produjo en los primeros minutos de partido.
El resto de primera parte fue dominada por el equipo castellonense, los amarillos pudieron aumentar la renta: una gran jugada personal de Escudero o un disparo de Rossi que acabó en corner, tras fallo garrafal de Álvaro Rubio, pudieron distanciar a los locales pero con más o menos problemas Villar consiguió evitarlo.

Si Justo Villar “salvó” al equipo en los primeros 45 minutos, ninguna de las intervenciones realizadas fueron de gran mérito, en el comienzo de la segunda parte el paraguayo falla estrepitosamente y provoca el segundo gol del Villarreal. Segundo de Nilmar. Un pelotazo-despeje de Godín dejó sólo a Nilmar que ante la salida dubitativa del portero sudamericano picó de cabeza. Primeros minutos de segundo tiempo y mismo guión que en el primero, tanto villarealense. Mucho peso para poder levantar y conseguir puntuar.

Ni los cambios hacían despertar
Mendilibar vio que el equipo no estaba acertado y en el descanso decidió hacer una permuta. Se marchó Jonathan Sesma y entró, el ya internacional bosnio, Haris Medunjanin. Pero ni el salvador del partido de Cornellá-El Prat tuvo su día y pudo rascar algo de un campo que salvó la temporada pasada es maldito. Y ya son muchos…
La diferencia en el resultado se vio aumentada con el 3-0 de Rossi en el minutos 56. Un gran disparo del italiano dentro del área rompía las pocas ilusiones del equipo pucelano en sacar algo positivo en tierras valencianas.

Con una hora de partido ya disputado y con Manucho en el campo, Diego Costa, tras fallo de Marcano, ponía el tanto de la honra en el marcador. El gol, porque no, hacía soñar a los blanquivioletas puesto que tras el tanto y con la dupla Costa-Manucho en el terreno de juego el equipo es otro, tiene mayor verticalidad, da mayores facilidades y posibilidades para entrelazar jugadas. Pero finalmente el tanto fue un espejismo porque tan sólo se pudo rascar un gran disparo al borde del área del angoleño que interceptó bien el portero gallego Diego López y un par de acercamientos sin peligro de las bandas castellano leonesas.
El gol de Giuseppe Rossi desvaneció las posibilidades de puntura, tres goles fuera de casa para como está este Pucela es mucho y ayer lo reflejaron.

Cuestión de sensaciones
Mendilibar siempre habla de que él se guía de sensaciones y la verdad sea dicha, hoy por hoy estas no son buenas, y él mismo lo sabe. La rueda de prensa del de Zaldívar post-partido fue de una persona humilde, que sabe cual es su parte de trabajo, y por lo tanto, su parte de culpa. No se oculta y asegura que seguirá trabajando porque hay equipo para estar más arriba, con trabajo y humildad este equipo irá hacia arriba porque no hay nadie más idóneo para capitanear este proyecto que José Luis Mendilibar Etxeberria.