“José Antonio García Calvo tenía esa personalidad que ahora nos falta”, fueron las declaraciones finales que Mendilibar realizó en la rueda de prensa tras el partido ante el Tenerife. Encuentro en que el equipo blanquivioleta perdió en 30 minutos una renta de tres goles. Dichas declaraciones pasaron desapercibidas por el mundo periodístico pero estas merecen un aporte importante porque en el Real Valladolid urge que se encuentre un jugador de la personalidad del madrileño, ya retirado. El histórico 5 blanquivioleta dejó mucha huella en Valladolid, su apodo del “Boss” al más puro estilo Bruce Springsteen, es uno de los ejemplos de porque el madrileño ha sido tan importante para la consecución de los últimos éxitos y objetivos.

En la plantilla pucelana que Roberto Olabe diseño el pasado verano para esta temporada no existe un jugador con la edad (experiencia) del madrileño en el eje de la defensa, pero si que existe un profesional capaz de liderar al equipo y mostrar tranquilidad en momentos de dudas y nerviosismo. Dicho jugador es César Arzo. El castellonense lo tiene todo para convertirse en el líder del equipo desde la retaguardia y ser un “García Calvo” del futuro.
Arzo es un central fuerte y corpulento, sus 186 centímetros lo demuestran, que va bien al corte y que es rápido. Es un central con un buen juego aéreo, básico para las jugadas a balón parado en las que son tan importantes las incorporaciones de los centrales en el sistema de juego de Mendilibar. A pesar de tener 23 años, cuenta con más de 100 partidos en la máxima categoría del fútbol español. También posee el registro negativo de dos descensos, hechos que en lugar de puntualizar en el jugador, hacen que este sepa mantener la calma en malos momentos, sin perder el control de la situación. Saber estar que ganó a base de trabajo y constancia, características que le llevaron a jugar con tan sólo 18 años una semifinal de Copa de Europa ante el mítico Arsenal de Henry, Pires… Como demostró el pasado 17 de octubre es un jugador sacrificado por el equipo, ya que si debe jugar de lateral derecho, o incluso de zurdo, como ocurrió en Chamartín, él lo hace y cumple con los requisitos y funciones que para ese encuentro se le marcaron.

Mendilibar es uno de los entrenadores con mayor personalidad y será complicado que una de sus dos prolongaciones en el terreno de juego, Álvaro Rubio es la continuidad del cuerpo técnico en el centro del campo, como Luis Prieto deje su sitio al “24 pucelano” pero tener personalidad no es “cabezonería” y ver en jugadores mejor asimilación de conceptos no provoca que el entrenador marque con una cruz a los demás. Si Arzo trabaja, lucha y aprovecha las oportunidades día tras día ni a Mendilibar ni a Ángel Félix les temblara el pulso para dar al canterano del Villarreal los galones del equipo. Será bueno para él y bueno para todos.