Un punto, que no es poco

Un Real Valladolid mucho más serio y práctico que el de hace ocho días ante el Atlético de Madrid, se lleva un punto de su visita a Santander. El equipo de Mendilibar que fue de más a menos dio una seguridad defensiva muy necesaria.

El mal partido ante el Atlético de Madrid y las lesiones avistaban una revolución y esta llegó. Mendilibar sorprendió a todos cuando a una hora de empezar el partido se conoció el once inicial. La sorpresa llegaba en el centro del campo, aquí se colocaban Baraja y Carlos Lázaro, ambos de corte defensivo daban al equipo una segunda línea por delante de la defensa muy necesaria para evitar otra sangría del equipo. Arriba lo esperado en parte. Diego Costa era el más adelantado pero por detrás estaba Haris Medunjanin, el bosnio que había hablado y actuado más de la cuenta a lo largo de la semana, jugaba en la posición que pedía a gritos, la media punta. Pocas más novedades porque las posibilidades con las que contaba el equipo eran escasas.

Tras la derrota en casa el pasado sábado lo más importante era puntuar, más que nada para ahuyentar fantasmas y así poder afrontar el partido ante el Barcelona con algo de optimismo y mejores sensaciones que las dejadas en la derrota ante el equipo colchonero. Y se consiguió.
Se puede acusar a Mendilibar de conservador, incluso de “amarrategui” pero el de Zaldívar muy maduro en esto de los banquillos sabía que el partido de su equipo pasaba por el aspecto de la mejor defensiva, recibir cuatro goles es duro, y puntuar para no entrar en descenso o dejar estos puestos un poco más lejos. Ambos aspectos se consiguieron porque el equipo dejó muy buenas sensaciones en defensas, Arzo es gran “culpable” de esto, y puntúa, aunque de manera un poco injusta en un campo que no se le ha dado bien en la historia reciente.

La primera parte realizada por el equipo blanquivioleta tiene pocos peros. Defensivamente muy seguros, pocas ocasiones claras del equipo racinguista, y ofensivamente muy efectivos. El equipo acusa, y mucho, la ausencia de Manucho. Sin él, Diego Costa no es el de antes y en ataque el conjunto lo nota demasiado. Bueno no ha sabido cumplir en esas funciones, y Haris Medunjanin, hoy jugando por detrás del punta, no ha cumplido, pese a ser quién realiza el centro, por otra parte bastante malo, que termina en tanto visitante.

La prensa aumenta, pero no tanto
Canales, Canales y más Canales. Estar pendiente de la previa de este partido ha sido una tortura. Poco importaba el rival, menos los tres puntos en juego, sólo era reseñable el joven jugador santanderino. Un termina cansado pero ve el gol del empate del ‘27’ del Racing de Santander y lo entiende. Canales, casi desaparecido en la primera parte, empató el encuentro en el 59 con una excelente vaselina con su pierna mala, ojo al dato. Tras el empate local fue este equipo quién gozó de las mejores ocasiones y quién estuvo más cerca del gol. Mas bien el único porque el equipo de Mendilibar tras el gol del empate no apareció en ataque. Viendo esto el cuerpo técnico decidió dar salida a Haris Medunjanin y colocar a Borja como enlace. El único objetivo de este cambio era el mantener un resultado que pese a todo era muy, pero que muy positivo y necesario.

No eufóricos pero si contentos
Que el Real Valladolid podía haber realizado un mejor partido es algo interpretable, pero lo que es evidente es que la mejoría del equipo fue clara, por esto el entorno del equipo puede estar contento con un punto que sabe a gloria, porque el Real Valladolid tenía que puntuar por lo civil o lo penal, pero puntuar. Es cierto que tres puntos son mejor que uno, pero a su vez hay que tener en cuenta que enfrente hay un equipo, y encima este en racha. Por todo esto hay que afrontar el partido del sábado ante el líder y campeón de invierno con la mayor de las ilusiones.
Crónica publicada en AupaPucela.com

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