Es un lujo. Que un estadio de fútbol se ponga en pie para despedir a un jugador quiere decir que el futbolista en cuestión es querido, pero que dicha ovación se le lleve un jugador cuando el equipo en el que juega, está en descenso, dice que este futbolista significa mucho para la afición a la que levanta. Y esto, exactamente, es lo que ha pasado hace escasos dos días en el José Zorrilla.

El equipo blanquivioleta está desgraciadamente en descenso, pero este doloroso hecho no quitó las ganas a la afición blanquivioleta de ponerse en pie en el minuto 69 para ovacionar a Diego Costa y corear su nombre. El encuentro que había realizado el brasileño era de 10, no sólo porque había anotado un gol, sino porque el derroche tanto físico como futbolístico había sido increíble en la poco más de hora que había disputado. La afición supo ver y recompensar esto, a su vez tampoco se le escapó que el ‘22’ fuera el objeto claro de las faltas, agarrones… del equipo visitante. El hecho de ser el blanco de las faltas mañas aumentó, más su cabe, las ganas de recompensar a Diego con el esfuerzo. Esta recompensa hace recordar a las producidas hace dos temporadas en el mismo estadio, a un compañero de posición del brasileño, a Joseba Llorente.
Hablar del de Hondarribia en Valladolid es hacerlo de un grande, de un icono del fútbol que implantó Mendilibar y que tan buenos resultados dio. Lo que diferencia al vasco y al brasileño es que por desgracia este último no es propiedad del Real Valladolid. Su ‘dueño’ es el Atlético de Madrid, el cual ya ha hecho oficial que recomprará los derechos del jugador de cara a la próxima temporada. Una pena tanto para el Real Valladolid, que pierde un icono del equipo, que tras un año sin referente ofensivo (Goitom no llegó a calar entre la afición), había conseguido olvidar a Llorente, como para el jugador. Porque de seguir las cosas como están ahora mismo, Costa será suplente de Agüero y Forlán. Aunque quién sabe, porque en Pucela también partía con la vitola de suplente.
Sea lo que fuere, y pase lo que pase, al bueno de Diego Costa no hay quién le quite lo que recibió el domingo. Muchos lo han intentado pero no lo han conseguido, y él, en menos de un año se ha conseguido instaurar entre los grandes del Real Valladolid.