Un RV previsible empata ante el Albacete

El Real Valladolid deja escapar sus dos primeros puntos de José Zorrilla merced a un partido muy previsible de los blanquivioletas. Un golazo de Jorge Alonso desde fuera del área empató un tanto de penalti de Verza

Otro fallo puntual en defensa y evitable condenó al equipo de Antonio Gómez en la visita del Albacete al José Zorrilla. Si ocho días antes, en el Martínez Valero, fue un mal posicionamiento en el minuto 92 lo que condenó a los blanquivioleta, esta vez fue un absurdo, justo e innecesario penalti de César Arzo lo que dio al Albacete una ventaja en el marcador. Finalmente y tras desaprovechar muchas ocasiones los locales empataron gracias a un golazo desde fuera del área de Jorge Alonso, quien anota por segunda semana consecutiva.

Las fuertes declaraciones de Antonio Gómez al término del partido en Elche hacían presagiar que el once del Real Valladolid tendría varias novedades. Pero finalmente no. Muchos eran los que apostaban por la entrada de Óscar González y Jofre, pero la demostración de que las declaraciones del madrileño fueron un simple ‘calentón’, por la pérdida de dos puntos, dejó todo como estaba. Con el mismo once de los primeros días el conjunto blanquivioleta empezó el partido y dejó el poder del balón y el peso del partido a los visitantes hasta que generaron su primera ocasión. En el momento en que Nauzet dispuso de su primera ocasión los locales cogieron el toro por los cuernos y se hicieron con la pelota. Los blanquivioletas no querían dejar escapar los primeros puntos del partido.

Poco a poco y conforme el Pucela se hacía con el dominio del balón generó ocasiones de valor. En una de estas primeras ocasiones se produjo el primer tanto anulado de la noche. El centro desde la banda derecha era rematado, de forma acrobática, por Álvaro Rubio para, tras tocar en el larguero, entrar en la portería del curioso cancerbero Keylor Navas. El asistente bien colocado inválido el tanto porque el riojano estaba bastante más adelantado de la línea defensiva de Antonio Calderón. Tanto justamente anulado, algo que no se puede decir del de Javi Guerra. En una buena jugada de contragolpe del Real Valladolid el malagueño anotó de cabeza tras un espectacular pase de Nauzet Alemán. Esta jugada, aunque en un principio parece clara, es muy justa y el asistente, esta vez mal colocado, anuló el segundo tanto a los de Antonio Gómez. Si algo positivo tuvo el anular estos dos goles, para los intereses violetas, fue que esto encendió a una afición que hasta el momento estaba poco participativa.

Dominio manchego y sin cambios
La segunda parte comenzó como la primera, con dominio visitante pero esta vez mucho más prolongado y constante. Los jugadores albaceteños querían anotar su primer tanto y lo buscaban con la insistencia de Tato y la presencia de este en el área. Ante este dominio del Albacete Antonio Gómez no dio entrada a cambios en el terreno de juego y prefirió dejar todo como estaba, algo que con el tiempo se demostró ser un error. El paso de los minutos, eso sí, devolvía al Real Valladolid el dominio de la primera parte. Los pucelanos empezaban a generar ocasiones, gracias a un Nauzet Alemán que está rindiendo a un gran nivel toda la temporada y a un Guilherme que parece haber superado los problemas tras las dos expulsiones.

Cuando se podía decir que el Real Valladolid estaba rindiendo mejor en toda la segunda parte llegó el gol de los visitantes. Un fallo infantil de César Arzo dio al Albacete un penalti que Verza no desaprovechó. Con el tanto se produjo la sorpresa porque el Real Valladolid no se vino abajo y siguió intentado su fútbol. En uno de estos intentos tras el gol, sólo habían pasado seis minutos, Jorge Alonso consiguió la igualada con un disparo desde fuera del área al que nada hizo el cancerbero costarricense. Tras el tanto del empate los locales llevaron el peso del partido hasta el punto de merecer el segundo gol, algo que no ocurrió y que deja al Real Valladolid con 11 puntos sobre 18.

Un colegiado malo para ambos
Cuando termina un partido y jugadores de ambos equipos rodean al árbitro del partido en el centro del campo es una muy mala noticia. Esa acumulación de futbolistas sobre el trío arbitral no es más que el gesto de que el árbitro ha perjudicado a ambos equipos, y eso además de ser malo para su reputación, es signo de falta de personalidad pues todo viene producido por el histórico “querer compensar”.
Cuando Jaime Latre pitó el final del partido, los visitantes se quejaban por la expulsión de Toni y un penalti sobre Tato mientras que los locales se quejaban de otra pena máxima y los dos goles anulados.

MVP del partido: Guilherme Oliveira

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