Carlos Suárez lo confirmaba hace unos días en Marca TV. Tras la derrota ante el Rayo Vallecano el presidente blanquivioleta afirmó que la decisión de despedir a Mendilibar fue la más dura de su periodo en Valladolid. Hay que ir más y se puede añadir, ya no en palabras del Presidente, que esta medida fue la más errónea de sus años como máximo mandatario blanquivioleta. Esto último Suárez no lo dice pero si que lo piensa. Se dio cuenta cuando el equipo cayó en picado con la destitución del entrenador de Zaldívar y lo ha demostrado hace escasas horas cuando ha confesado que el vasco fue el primer entrenador en quien pensó tras la destitución de Antonio Gómez.

Es difícil sacar algo en claro acerca del por qué de esta decisión. Pensar en el entrenador que has destituido hace menos de un año puede ser tomada como una rectificación o como el ejemplo de la perdida de rumbo que muchos creen que Suárez está viviendo. Sea cual sea el sustituto de Antonio Gómez, tras el “no” de Mendilibar, las formas están mal hechas. No sé puede despedir a un entrenador sin tener apalabrado a su sustituto porque a eso se le llama improvisar y el Real Valladolid no está para improvisaciones en estos momentos.