El Real Valladolid consigue una trabajada e importante victoria ante el Huesca. Javi Guerra con dos goles vuelve a ser el de comienzo de temporada

Abel Resino no se había cansado de hablar de ansiedad desde su llegada al José Zorrilla. El técnico de Toledo aseguraba que una victoria de sus pupilos cambiaría la dinámica. Tres puntos provocarían un cambio de cara y aumentarían la motivación del equipo. Pues bien, la ansiada victoria ha llegado. Tras trabajar, mostrar muchos nervios y un fútbol rácano el Real Valladolid vuelve a la senda del triunfo. ¿Terminará con ella la ansiedad?

Unos que se van y otros tantos que vendrán. Los rumores sobre salidas y entradas en el Real Valladolid habían copado los titulares de los medios locales de Valladolid. Pese a las puntualizaciones en jugadores concretos, Abel Resino no cambió su planteamiento y formó con el once esperado, con los jugadores de toda la temporada. Los rumores y las posibles salidas quedaban en un segundo plano por la importancia de los tres puntos. Pese a que un sector de la grada estuviera más pendiente de buscar culpables y pagar los platos rotos de anteriores derrotas lo importante era conseguir la victoria y dejar a un lado la maldita ansiedad. Para conseguir ambos objetivos el equipo saltó con la idea bien marcada. En el aspecto ofensivo el equipo necesitaba buscar los extremos, dar velocidad al juego por bandas e intentar que el gran juego de espaldas de Javi Guerra diera oportunidad a llegada desde la segunda línea en caso de no poder profundizar.

Pese a la tacañería, en muchos momentos, del juego, el Real Valladolid tenía el planteamiento grabado a fuego. El trabajo ofensivo de los laterales, Peña y Pedro López, durante todo el partido, es el ejemplo de que Abel había ordenado la creación de superioridad en banda. Lo había marcado en la charla y clavó la idea porque fue de esta superioridad de donde llegaron los dos goles del Real Valladolid, los dos tantos de Javi Guerra.

Javi Guerra volvió a ser ‘Javi Guerra’
El propio delantero blanquivioleta lo confesaba a lo largo de la semana, “los rumores me han desorientado”. Tal fue el desconcierto del malagueño que su juego se había vuelto común. Sus aportaciones no habían desatascado el Real Valladolid hasta el extremo de dejar de ser Javi Guerra para ser Javier Guerra, el delantero del Valladolid, convirtiendóse en un delantero más.

¿Qué mejor forma hay de suscitar interés que haciendo goles? Javi Guerra parece que se lo ha aprendido y, tras una charla con Abel, se ha dado cuenta que con el nivel de juego de partidos anteriores no crea ganas ni en sus propios aficionados. Ante el Huesca era el día para olvidar partidos anteriores y Guerra hizo un partido de '10'. Ya no por los dos goles, también por el incansable trabajo de espaldas a portería, las coberturas a los extremos y las ganas de seguir trabajado aunque sea el minuto 90 y el partido esté sentenciado. Javi Guerra ha vuelto y el Real Valladolid lo agradece en forma de puntos y victorias.

La ansiedad se borra mejorando
El fútbol del Real Valladolid en el encuentro ante el Huesca no es el de un partido para enseñar a futuras promociones, ¿o sí?. Quizás si se visualiza el partido ante el Nastic de Tarragona primero y el encuentro ante el equipo de Onésimo después, si se puede calificar como 'buen juego'. El equipo ha sabido jugar sus cartas, manejar el resultado, no perder la cara del encuentro y ,ante todo, no realizar errores importantes. Es cierto que las imprecisiones han sido varias, pero es ahí donde puede aparecer la ansiedad que según Abel se eliminaba con una victoria, con tres puntos como los cosechados ante el Huesca, el equipo del mítico Alberto Marcos, eterno capitán del Pucela.