El Real Valladolid pierde ante el Granada y aumenta la mala racha también a local. Pese a los goles de Nauzet y Óscar la caída libre blanquivioleta continua sin tener frenos

El club blanquivioleta hace oficial el fichaje de Juanito por 18 meses y la cesión de Fabio Faria hasta final de temporada. Con estos dos jugadores se apuntala una defensa que hacía aguas. Se ficha a dos jugadores y se vende al mayor de los problemas, César Arzo. Con estas permutas el problema defensivo del equipo está curado. Parecía que estaba curado, se antojaba difícil hacerlo peor que en el pasado pero se puede y se hace. El Real Valladolid se desangra y lo hace por la línea defensiva, el aspecto que más se cambios ha sufrido desde principio de temporada

El Real Valladolid es un equipo apaleado. Sufre por todos los lados y carece de muchos aspectos para ganar un partido. En estos momentos de la temporada para que al equipo blanquivioleta le vaya bien en un terreno de juego y afronte el partido con garantías necesita que el ritmo del partido le acompañe. En cambio, si el devenir del encentro le es desfavorable, Abel Resino y los suyos no tienen posibilidades de hacerse con nada positivo. En el preciso instante en que se animan al encuentro sufren un revés que les apaga. Tras una adversidad, otra y otra aparece, de nuevo la ansiedad tan conocida en Valladolid desde la llegada de Abel. Un bloqueo que deja al equipo sin 'plan B', sin posibilidades.

Goles psicológicos muy duros
El gol de Granada en el comienzo del partido y otro a pocos instantes de terminar la primera parte fueron dos golpes muy duros. Goles que son difíciles de asimilar en un equipo cualquiera e imposibles en un conjunto desmotivado como es ahora el Real Valladolid. Por mucho que los blanquivioleta lleguen al marco rival, tengan las mejores ocasiones del partido y disfruten de la posesión del balón son un puñado de nervios en cuanto la pelota llega a su propia área. Con esta poca confianza en uno mismo el partido está perdido, como finalmente fue y como era previsible con el paso de los minutos.

Óscar muestra sus galones
El jugador salmantino del Real Valladolid tuvo que afrontar un duro envite en el encuentro ante el Granada. Ante la marcha de Antonio Calle, la sanción de Javi Guerra y la no llegada del transfer de William Ferreira, el ex del Real Zaragoza tuvo que saltar al terreno de juego como delantero centro. Su objetivo era ser la referencia del equipo sin ser un delantero estático. Pese a que el propio jugador estuvo avisando toda la semana que la punta no era su sitio rindió con creces. Trabajó durante el tiempo que estuvo en el verde, bajo a buscar balones cuando el centro del campo no podía conectar con la línea de delante y consiguió marcar un tanto.

Finalmente el salmantino se hizo con el mérito de ser el mejor jugador del encuentro. Más si cabe cuando con su lesión, muscular ante la falta de minutos, dejó al Real Valladolid sin posibilidad de empate. Con la lesión del ‘24’ el equipo blanquivioleta perdió toda posibilidad de puntuar ante el Granada.