Gol de Javi Guerra, zancada blanquivioleta
Abel Resino tenía un claro objetivo para el partido ante el Gimnástic de Tarragona: olvidar la derrota del ‘Heliodoro Rodríguez López’. El partido ante el Tenerife fue un jarro de agua fría que los blanquivioleta debían asimilar rápido para seguir luchando por entrar en los ‘play-off’. La receta para seguir en la lucha era la confianza. El técnico toledano siguió creyendo en el grueso del equipo y dejó a un lado posibles rotaciones en un partido que apuntaba duro y complicado, como finalmente fue, por la importancia de los puntos para el equipo rival, el Nastic de Tarragona
La imagen que el Real Valladolid dejó a los aficionados del Nastic de Tarragona fue una de las peores que se recuerdan. El partido en el ‘Nou Stadi’ en el pasado mes de enero fue uno de los peores momentos de Abel Resino como entrenador vallisoletano. En aquel momento el técnico blanquivioleta apelaba a la “ansiedad” como justificante de todo. Ahora, tras la derrota ante el Tenerife, nadie quería volver a oír dicha palabra. Para no escucharla lo mejor era ganar al Nastic en un partido que estaba condicionado por el calor.
Es difícil calibrar que daño hizo o no la derrota del pasado sábado en el vestuario del Real Valladolid, pero lo cierto es que en los 90 minutos se apreció un equipo dubitativo, un Pucela con más dudas de las normales. Abel apelaba al calor pero lo cierto es que sus jugadores generaron en los 90 minutos pocas ocasiones de gol. Manejaron el balón y dominaron al rival pero las dudas y las imprecisiones aumentaban con el paso de los minutos. Los catalanes, acogotados y encerrados en su área en la primera parte, se desperezaban merced a fallos imperdonables de los locales. Errores individuales que llevaron a los vallisoletanos a la situación de la que han salido con mucho trabajo y sudor.
Goles sin trabajo valen lo mismo
Sí el equipo se encuentra en esta situación privilegiada ahora es porque se ha contagiado el espíritu de equipo que antes no se tenía. Este gen era tan básico como es de importante tener a un goleador en un equipo. El Real Valladolid tiene 'pichichi' y encima en racha. Javi Guerra está muy fino de cara a portería pero muy flojo en su trabajo defensivo.
Pese a no estar físicamente en su mejor momento, el delantero malagueño es un seguro de vida en su cita con el gol. El tanto de la victoria ante el Nastic de Tarragona es su vigésimo sexto tanto de la temporada. Cifras que le han valido al Real Valladolid para, junto al espíritu de equipo que han demostrado en las últimas jornadas, auparse hasta los puestos de la zona noble.
Aumenta la ‘alerta amarilla’ en el vestuario
El cambio radical de Óscar González, el protagonismo que creció en Carlos Peña o Jordi Figueras, que empezaron a sentirse útiles, o el fichaje de Juanito han valido para que Abel Resino haya llevado este cambio de dinámica en la plantilla blanquivioleta. Todos los jugadores se sienten útiles. Por ello, que jugadores de la plantilla se coloquen con ‘alerta amarilla’ a tan pocas jornadas del final del campeonato no asusta al cuerpo técnico.
Es cierto que el hecho de que un jugador con muchos minutos y trabajo se tenga que perder un partido es duro pero como dicen el refranero español “las penas con pan, son menos penas”. En el ámbito del fútbol y en este Real Valladolid, esto se puede aplicar al hecho de que por mucho que Juanito, Marc Valiente, Jordi y Óscar estén al límite, en el vestuario existen compañeros tan comprometidos como ellos. El mejor ejemplo se verá en el próximo encuentro ante el Huesca cuando salga el sustituto de Carlos Peña. Sea el que sea el elegido, se demostrará que este equipo tiene alma y carácter. Dos requisitos indispensables para luchar por retornar a la ‘Liga BBVA’.
Imagen de 'Norte de Castilla'
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Sin comentarios en "Gol de Javi Guerra, zancada blanquivioleta" ¡¡Anímate!! y participa
Publicar un comentario