Una actuación soberbia de Patrick Ebert regala un final de primera vuelta maravilloso para el Pucela. El partido pudo estar marcado por una acción de penalti y expulsión de Sereno 

► Con empate a cero, Henrique Sereno debió ser expulsado por un claro penalti sobre Casadesús

► Patrick Ebert asumió responsabilidades tras salir de su lesión y fue, de largo, el mejor pucelano

► El tanto de Óscar González, el de la victoria, deja a ‘Mágico’ como máximo artillero con ocho goles

“La plantilla es corta”, “el nivel de los porteros no es acorde con el de la categoría”, “sin Víctor Pérez no hay centro el campo”, “Javi Guerra no está y quizás ni se le espera”, “Lluís Sastre está siendo una decepción”. Los temas que el Real Valladolid genera en los últimos días no son nada positivos pero con 25 puntos resultan ser menos problemas. La victoria ante el Mallorca cierra la primera vuelta de la temporada y el Pucela lo hace con nota. Un doblete de Patrick Ebert y un tanto de Óscar González firman un nuevo paso del Real Valladolid en su duro camino por la salvación. 

El extremo alemán y el pichichi blanquivioleta eran noticia en la previa del partido. Sus regresos a la convocatoria eran datos de gran calado. Ya se sabía que los dos son actores principales en el juego pucelano pero ante el Mallorca quedaba más claro aún. Sus goles firman un primer tramo de la temporada muy bueno y en el que ambos han sido grandes protagonistas. La explosión goleadora de uno y la sorpresa de otro, lideran una primera vuelta con tintes épicos que ha creado un grosor del colchón con el descenso de gran tamaño. 

Duro encuentro 

El agónico tanto de ‘Mágico’ en los últimos instantes de partido y el golazo de Patrick Ebert en el tiempo de descuento cierran el partido, pero antes hubo mucho más. Tanto como para asegurar que nada de los visto pudo ser real. Si el colegiado hubiera impartido justicia en el minuto 12 y Henrique Sereno se hubiera ido a la calle, nada hubiera ocurrido como finalmente ocurrió. Con 10 jugadores los tantos de Patrick Ebert hubieran sido imposibles y el trabajo final del Pucela una utopía. 

Afortunadamente, Hernández Hernández no apreció falta en lo que las imágenes dejan claro que es un penalti del central portugués sobre el delantero Víctor. Sin la sanción, el partido quedaba vivo y el juego de liderazgo de los locales y de contragolpe de los visitantes, muy palpable. En el inicio, los de Djukic tenían el balón y los balearas la velocidad. Ambos intentaban usar sus armas pero eran los de Caparrós los que más cerca estaban de poder pescar algo. En el peor momento apareció la primera obra de arte de la tarde de Ebert. Un zapatazo desde la frontal que abría el marcador y los mejores minutos de juego de los pucelanos. 

La mayor presencia pucelana en campo rival crecía por minutos pero los visitantes tampoco daban su brazo a torcer. Amenazando con jugadas ensayadas y avisando con la velocidad de Giovanni Dos Santos, terminó llegando el empate bermellón y los peores minutos pucelanos. 

Un final muy largo 

El remate de cabeza de Víctor Casadesús que significaba el empate fue algo más que un remate. El golpeo de cabeza del mallorquín fue un mazazo para los locales. Tras él, en el minuto 37, el Pucela agonizó hasta el pitido final. Sin ideas y con las piernas pesadas, los blanquivioleta pedían a gritos el descanso. El Mallorca no. Tras un intercambio de golpes y unos pocos minutos de dominio pucelano, los visitantes tenían a su rival contra las cuerdas pero el minuto 45 llegó y Hernández Hernández señalaba el final. 

Tras el descanso, los de Caparrós continuaron con el dominio. Un buen inicio de segunda parte les acercaba a la remontada pero un tercer protagonista entraba en escena: el miedo a perder. Ambos conjuntos demostraron querer el punto y no perder en la segunda parte aquello que tanto les había costado obtener en los primeros 45 minutos. Los de Caparros empezaron a dejar correr el tiempo y el partido se acercaba a su fin o lo que en este caso fue, su máximo esplendor. En los últimos cinco minutos ocurrieron casi más cosas que en todo el encuentro. 

El Pucela, con el octavo tanto de Óscar González, se adelantaba a escasos dos minutos para el final pero antes de la segunda obra de arte de Patrick Ebert llegó un susto. Un tanto en fuera de juego de Emilio Nsue que asustó a los pucelanos y que podía haber creado un nuevo problema. Finalmente el tanto era anulado y se convertía en el preludio de un nuevo golazo del extremo alemán que borraba el susto del casi agónico empate mallorquín pero que no podía con el resto de limitaciones pucelanas. Ante ellas, sólo luchan los 25 puntos obtenidos, una gran cifra y un buen margen para comenzar la segunda parte de la temporada con ilusión y sin miedos.

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