Ricardo Pérez es una voz diferente a las que habitualmente analizan los éxitos o fracasos deportivos. El actual fisioterapeuta y osteópata del Real Valladolid estuvo en el equipo que consiguió aquel ascenso y sus palabras, que se obtienen desde dentro del vestuario, hacen ver la verdadera dimensión de aquel ascenso y el valor que tuvo para los empleados, un sector muy importante y valorado dentro del club.

Para el bilbaíno casi toda aquella temporada se puede resumir en algo muy sencillo, la convivencia del equipo. Para Ricardo “el buen clima en el vestuario fue fundamental”. Lo fue en una temporada diferente ya que como él mismo afirma con la llegada de Mendilibar “se cambió la forma de trabajar y el método de entrenar”. La metodología del actual entrenador de Club Atlético Osasuna resulta diferente pero marcada por cuatro principios: “Humildad, mucho trabajo, fe en el grupo e ilusión”. Todo esto hacen de aquella temporada algo “muy bonito” pero que tiene en el ámbito familiar una connotación triste. “Mientras nos encontrábamos en pretemporada falleció mi cuñado. Por trabajo no puede estar apoyando a mi mujer”. Por esta situación Ricardo guarda un recuerdo más emocionante, aún si cabe, del ascenso vivido en Tenerife. “Mi cuñado falleció allí y en el viaje pude visitar la sepultura por primera vez”. Así, el ascenso, por las formas y el lugar fue “muy significativo” para él. 

Buenos síntomas desde el principio 

Para Ricardo lo vivido hace cinco años se pudo apreciar desde el primer momento porque se vio algo diferente en el equipo. Quizás no hasta el punto de presagiar el ascenso que se vivió pero sí un posible éxito. En los primeros días ya se apreciaba lo que para el fisioterapeuta de aquel equipo era básico, el grupo que formaban los jugadores. “Desde el principio se empezó a ver un buen grupo humano”, tal fue el ambiente que se vivió desde el primer día que Ricardo Pérez al ser preguntado por un jugador en concreto no sabe o no quiere puntualizar. “No destacaría a ninguno, sí al grupo en general”, las palabras de Ricardo, un profesional con siete años de experiencia en el Real Valladolid hablan, y mucho, de aquel vestuario. Un equipo del que el vasco ve grandes similitudes con el que en estos momentos lucha domingo tras domingo por un nuevo ascenso. 

Optimista con el presente 

Para el fisioterapeuta blanquivioleta los pupilos de Miroslav Djukic “están muy capacitados para ascender de nuevo”. Se basa en que desde dentro se aprecian similitudes entre un equipo y otro. La confianza que tiene él en el posible ascenso es contagiosa porque si una persona de dentro del vestuario cree que un equipo que lucha por ascender se parece al mejor equipo de la historia, el optimismo se propaga a gran velocidad.

Como el propio Ricardo afirma al final de la entrevista, “el tiempo nos lo dirá”. Sea como fuere si finalmente el Pucela regresa a Primera, se tirará de hemeroteca para ver que un profesional de dentro del vestuario ya presagió un éxito así.

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