Llegó con la pretemporada empezada, lo hizo sin mucho ruido pero lo hacía avalado, como afirmaba José Luis Rojí al rememorar estos días, por los grandes partidos que la temporada anterior había hecho ante los pucelanos. Sisinio González firmaba por el Real Valladolid una cesión de un año ilusionado por el nombre del equipo por el que firmaba. El extremo diestro llegaba hasta el José Zorrilla tras hablar con David Silva de quién era Mendilibar y con las maletas casi preparadas para aceptar una oferta de Grecia. 

Eso sí, desde que llegó a Austria para empezar la pretemporada, Sisi no tuvo dudas, había acertado en el equipo. El joven jugador confiesa que llegó con muchas ganas de “compartir vestuario con futbolistas como Víctor o Losada”, algo que hizo, y “de coger experiencias”, objetivo que consiguió al formar parte de un equipo histórico. El éxito pucelano de aquella temporada fue inesperado, pero como confiesa no sólo para él: “nadie esperaba que saliera todo como salió. Ni el presidente, ni el entrenador ni los jugadores”, subraya el jugador para rematar diciendo que lo vivido aquel año fue “algo irrepetible”.

Para Sisinio es imposible que otro equipo pueda igualar esas cifras. A sus actuales compañeros no les ve capacitados de superar aquel hecho pero no por incapaces, sino porque para él es imposible superar aquello. Tras el hito de ascender a Primera el jugador no tuvo ninguna duda en continuar pese a que “llegaron ofertas superiores”. Sisi decidió seguir en el Real Valladolid porque “no pensaba en otra cosa que no fuera jugar en Primera” de blanquivioleta. 

Sisiano gracias a Mendilibar 

Todos conocen la historia del cambio de nombre que le hizo el entrenador vasco. Sisi la recuerda con cariño como todo lo que le ha ocurrido con el actual entrenador de Osasuna. La relación entre ambos es estrecha porque “conectamos fácilmente”. Sisi es consciente “que ni Mendilibar me descubrió a mí, ni yo a él”. Todo es más sencillo que esp y todo viene producido porque gente como David Silva le habían hablado muy bien de él. “Todo lo que me llegaba de él eran alabanzas. La idea que tenía era de una persona honrada y esa impresión me dejó tras estar con él tres temporadas”.

Los elogios hacia el entrenador de Zaldívar son constantes por parte del futbolista y son mayores al hablar puramente de fútbol. “Para mí fue fácil adaptarme a su juego. Lo fue porque comparto con él unas ideas sobre el fútbol y todo lo que pide al jugador lo llevo innato en mi forma de ser”. 

Recuerdos de esa temporada 

Hablar con Sisi de la campaña 2006/2007 y mencionar a Mendilibar es todo uno. Su relación con el entrenador vasco es fluida pero no es lo único que recuerda el jugador de aquel año. Compartir vestuario con Víctor, al que considera y califica “como el mejor y un futbolista excepcional” es otro aspecto pero así hay hasta cientos. Sisi no se quiere mojar al contar una anécdota porque hay muchas y, seguramente, porque no quiere dejar a nadie fuera de sus recuerdos. Sisinio es amabilidad y sinceridad, algo que hizo que se ganara a la afición pucelana desde el primer momento.

Esa afición que en la penúltima jornada de aquel campeonato coreó “Sisi, quédate” le aprecia por todos los sacrificios que ha hecho por vestir de blanquivioleta. Ahora ambos luchan mano a mano por vivir otro ascenso. Será diferente porque como el futbolista reconoce “la categoría es muy distinta, los estilos del Real Valladolid también y los jugadores se parecen poco”. Pese a las diferencias, las ganas de vivir otro ascenso están intactas y más abiertas que nunca.

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