En el día a día que vive el Real Valladolid Javier Baraja tiene un papel fundamental. Es el capitán del vestuario y lucha todas las mañanas por devolver al Real Valladolid a la gloria de un ascenso. Si este verano lo hace, volverá a vivir todo aquello que sintió hace cinco años y que ha querido recordar en una entrevista para ‘La Linterna de Ángel Velasco’. De su voz se sacan las mejores conclusiones de la actualidad pucelana y las mejores comparaciones con aquel equipo. 

El futbolista vallisoletano se siente orgulloso de haber estado en ese equipo “por la satisfacción de hacer historia”. Aquel grupo de jugadores hizo un récord porque, según el jugador, “Mendilibar impuso un tipo de juego agresivo y atrevido que los jugadores entendimos a la perfección”. El equipo entendió todo hasta el punto de que muchos no comprenden por qué tanto cambio de un año a otro. Baraja lo explica así: “el cambio a un entrenador exigente, una plantilla unida” fueron importantes para semejante transformación. Eso sí, lo más destacable fue “un fútbol sólido y vistoso que llamaba la atención”.

El estilo de aquel equipo fue alabado durante toda la temporada pero tuvo más hincapié tras el ascenso. Después de ganar en Tenerife muchos hablaron sobre el equipo y lo hicieron con la victoria del Heliodoro en el zurrón. Ese estadio, en el que el equipo certificó el ascenso, tiene un punto especial para el hoy capitán pucelano. Allí ha conseguido dos ascensos, muy diferentes pero muy bonitos. Para el pucelano los ascensos son incomparables por tres aspectos. Primero por “la agonía. En Valladolid faltando ocho jornadas y en Getafe fue en la última”. Segundo por “la importancia personal dentro del éxito”. Y finalmente, como tercero por “la línea del equipo. El Pucela fue regular, el Getafe con un final espectacular”. Muchas diferencias en una alegría y otra pero lo que está claro es que hablar del Heliodoro con Javier Baraja es hacerlo de “un campo talismán con muchos recuerdos para enmarcar”. 

El recuerdo de la fiesta 

Repetir un ascenso en Canarias es imposible esta temporada pero Javi sueña con volver a vivirlo. El capitán fantasea con el éxito porque hay “pocas diferencias” entre aquel vestuario y el actual. Destaca que “el ambiente es parecido y la fe en conseguir el objetivo, también”. “Por apuntar alguna diferencia, el índice de participación de todos los componentes de la plantilla”, matiza.

Es cierto lo que comenta, con Djukic juegan menos jugadores que con Mendilibar y parte de culpa está en el pobre rendimiento del equipo actual en la Copa del Rey. Aquel año los jugadores blanquivioleta dieron un valor “importantísimo” al torneo del K.O. Se lo dieron porque como cuenta Baraja “se dio continuidad a la gente que venía jugando menos”. De esta forma, y en opinión del ‘8’ pucelano, “el tener minutos y estar listo para cualquier contratiempo el Liga hizo sentirse útil a los jugadores”. 

Año vital en su carrera pucelana 

Cuando llegó el final de la temporada llegó el momento de hacer recapitulación y valorar cada uno su temporada. Para Baraja ese año fue importante por “sentirme parte activa de ese grupo y, por supuesto, ascender con el equipo de mi ciudad”. 

El resumen fue claro y con el tiempo el jugador ha sabido quedarse con algunos partidos en concreto. “Muchos hablan del partido en Ejido” comenta, pero él se queda con “el partido más completo de la temporada que fue en Valdebebas”. Esa victoria ante jugadores del nivel de Mata o Negredo fue vital para conseguir el ascenso y vivir la fiesta de la ciudad a su llegada. Así lo cuenta el futbolista: “Aquello fue espectacular. Es un recuerdo difícil de olvidar, las calles llenas, los puentes hasta arriba…”. Para Javier Baraja lo vivido aquel día fue, sin duda “lo más grande que he vivido en el Real Valladolid” a la espera de otro momento así. Soñamos con que sea en unas cuantas semanas.

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