El Español del año 1993-1994 con José Antonio Camacho en el banquillo, consiguió estar 22 partidos de Liga sin perder, pero ayer el Real Valladolid consiguió superar este registro.

Un solitario gol de Victor de penalti en el minuto 60 de partido acabó con la Ponferradina y con este partido son 23 partidos los que el Real Valladolid lleva sin perder, ya que la última derrota fue el 1 de octubre de 2006, en el José Zorrilla ante el Salamanca.

Se puede destacar a muchas personas en el Real Valladolid, como ya he hecho en muchas entradas de días anteriores, pero lo más importante de todo es el “equipo” que es el conjunto vallisoletano, merito de José Luís Mendilibar.

Desde el principio de temporada el equipo ha tenido un once marcado en el que los cambios han sido por lesiones o por decisiones técnicas muy contadas.

El Real Valladolid de este año es un equipo muy dañado por las lesiones como el central José Julián de la Cuesta con siete meses de baja, Oscar Sánchez con la rodilla rota, gracias a Barragán, Llorente con más de un mes por unos problemas en el pubis y un largo etcétera pero a pesar de esto, está arriba.

Si este equipo está porque podría haber desaparecido, se debe a su presidente Carlos Suárez, que llegó a un equipo en banca rota y ha conseguido que siga vivo durante tres temporadas en segunda división y a José Luís Pérez Caminero, que con un presupuesto para fichajes casi inexistente ha conseguido traer a jugadores de renombre y con proyección y hacer frente a la patética denuncia del Real Madrid.

La alineación base de este equipo es: Alberto como portero, Pedro López, Iñaki Bea, García Calvo y Marcos en defensa, Borja y Álvaro Rubio en el centro del campo, con Sisi, Capdevila y Víctor por delante con Llorente como jugador más adelantado