El Real Valladolid tiró de casta ayer ante el Real Madrid para hacerse con una importante victoria. El equipo pucelano tuvo dominado el encuentro en todo momento y solo en los últimos 15 minutos corrió peligro por el empuje madridista y por la entrada en el campo del holandés Sneijder, el cual dio un aire distinto al equipo de Schuster

El Real Valladolid fue en la tarde-noche de ayer el digno merecedor de la victoria, en la primera parte, la cual fue un poco espesa, tuvo el control del partido en el centro del campo, dato resaltado por el hecho de que la medular formada por Vivar Dorado y Álvaro Rubio tuvo el 60% de posesión frente al 40% del equipo dirigido Guti, Gago y Javi García.

La segunda parte comenzó marcada por el tanto del charrúa Canobbio en el minuto tres, tras el gol los locales intentaron guardar la ropa obtenida y empezaron a realizar posesiones largas en busca de algún resquicio que permitiera aumentar la diferencia en el marcador, la entrada de Borja, a pesar del mal momento del gallego, permitió a los violetas tener una mayor peso en la medular y saber encerrarse correctamente en los momentos en los que el Real Madrid liderado por Sneijder apretó al portería de Sergio Asenjo.

Mendilibar confundió a todos dejando a Goitom en el banquillo y jugando con dos segundos delanteros, Víctor y Canobbio, como máxima referencia arriba, y acertó, ahora mismo ni Heinze ni Cannavaro están en su mejor momento y una única referencia arriba les hubiera dado muchas facilidades. En este punto es donde nos podemos encontrar gran parte de “culpa” del resultado, Mendilibar ganó la partida a un perdido Schuster que no salió de su banquillo en los 90 minutos de partido.