José Antonio García Calvo se marcha del Real Valladolid tras siete temporadas en el Zorrilla, divididas en dos fases, la primera de cuatro campañas y la del regreso de tres. El central madrileño se marcha tras 211 partidos y ocho goles como blanquivioleta.

Los caminos de García Calvo y el Real Valladolid se unieron en el verano de 1997, el Real Valladolid venía de hacer una magnífica temporada, clasificación para UEFA incluida, y el jugador de debutar en Primera con el mismísimo Real Madrid, año 1996, y de obtener un campeonato de Liga con el conjunto dirigido por Capello.
Desde su llegada al Real Valladolid fue un fijo del eje de la defensa y esto le hizo ser uno de los ídolos de la grada, afición que aún recuerda con cariño aquella defensa de cinco formada por Torres Gómez, Santamaría, Peña, Marcos y el propio García Calvo.

En su primer año en la rivera del Pisuerga disputó 35 encuentros, 33 del campeonato regular y dos de Copa del Rey, en las siguientes tres temporadas sus cifras de encuentros se movieron por dichos números, nunca inferiores a 30 partidos. Su rendimiento en el Real Valladolid fue tan bueno que en su primer tramo como pucelano disputó 138 encuentros, todos ellos en Primera División, categoría que decidió dejar para ir a la categoría de plata en el año 2001 porque el Atlético de Madrid y más en concreto Luís Aragonés llamaron a su puerta.
En la temporada 2001/2002 el 5 de la camiseta blanquivioleta cambió de dueño porque la necesidad del equipo, entonces en crisis, era vender, y la del jugador entonces llamando a la puerta de la roja, era ascender, y el hecho de ir al club colchonero era un salto en su carrera a pesar de perder categoría.

En el Atlético de Madrid las cosas fueron de fábula, en su primer año en el Manzanares ascendió y el siguiente debutó con la camiseta de España el 21 de agosto de 2002 en Budapest, debutó vistiendo el rojiblanco pero a nadie la cabe duda que gran “culpa” de dicho debut la tiene las cuatro magníficas temporadas que disputó en el José Zorrilla. Tras el partido ante Hungría en Budapest disputó dos encuentros más con la selección dirigida por aquel entonces por Camacho.

En el verano de 2006 la llegada de Javier Aguirre al Atlético de Madrid le robó todas las ilusiones posibles de seguir en Madrid por lo que decidió aceptar la oferta de su antiguo club y regresar al Real Valladolid cobrando el 16% de lo que percibía, a pesar del descenso de los emolumentos el regreso tuvo un gran final, grandísima temporada y ascenso dos meses antes de que la Liga terminase. No todo fue positivo porque unas molestias pasadas en Madrid reaparecieron en su pie derecho y le provocaron la baja durante muchos partidos, tanto fue así que tan sólo diputó 15 encuentros, anotando un gol ante el eterno rival del Sporting de Gijón.
En Primera García Calvo fue imprescindible para Mendilibar, en la primera campaña disputó 33 partidos anotando un gol, el primero en el José Zorrilla en la máxima categoría tras tres años, no sólo sus números fueron importantes en aquel año, su saber estar y calidad fueron primordiales para conseguir el objetivo en una campaña dura y reñida hasta el final.

Cuando parecía que las molestias en el dedo pulgar de su pie derecho habían desparecido e iban a dejar al jugador terminar su carrera tranquilo regresaron y se llevaron del fútbol profesional a un gran jugador pero una mejor persona, uno de los mejores centrales de los últimos años en el Zorrilla pero sobre todo, una de las personas más queridas por la afición y por sus compañeros porque ha dado todo por unos colores que miles de personas sentimos, y eso hoy en día no es fácil de encontrar.