Víctor Manuel Fernández se marcha del Real Valladolid tras nueve temporadas en Zorrilla, divididas en dos fases, la primera de cuatro y la del regreso de cinco campañas. Se va un histórico del equipo con 320 partidos a sus espaldas y 81 tantos.

Hablar de Víctor es hacerlo del mejor delantero que ha pasado por el Real Valladolid en al menos las dos últimas décadas, solo igualado por Alen Peternac y Joseba Llorente, aunque ni el croata ni el vasco llegaron a provocar en el aficionado tal nivel de cariño y admiración como la que el José Zorrilla tomó hacía el 21. El pequeño delantero extremeño (166 centímetros) deja Valladolid después de que Roberto Olabe, Director deportivo, y José Luís Mendilibar, entrenador que hizo que la mejor versión de Víctor regresara al fútbol a partir de la temporada 2006/2007, decidieran no contar con sus servicios para la próxima temporada, creyendo que su ciclo en la rivera del Pisuerga había terminado de forma muy satisfactoria. A pesar de que como muchos opinan que la despedida no fue como un jugador de su historia se merecía el punta extremeño deja Zorrilla con 320 partidos a sus espaladas, 302 de Liga, 14 de Copa y cuatro de Copa de la UEFA, anotando un total de 81 goles, dejando el pabellón muy alto.

Víctor llegó hace más de diez años a Valladolid, concretamente en el verano de 1996, por aquel entonces el entrenador, el ilustre Vicente Cantatore, dio su total confianza a un joven jugador que venía de hacer una pobre temporada en Tenerife (20 partidos-un gol), a pesar del escaso bagaje en las islas Víctor mostró sus dotes goleadores desde el primer momento, su debut como blanquivioleta terminó con un tanto en el estadio de Vallecas ante el Rayo Vallecano, junto a este tanto vendrían 15 más, convirtiendo la dupla que formaba con Peternac temible para las defensas y porteros rivales. Esa misma temporada el éxito llamó a su puerta y a la del equipo entero, una magnífica campaña terminó con la clasificación del equipo para Copa de la UEFA.
Las dos siguientes campañas fueron más flojas en cuanto a números: nueve tantos en 59 partidos, a pesar de que fueron temporadas flojas Víctor y muchos de sus compañeros pudieron debutar en competición europea en la primera de las campañas, la 97/98, cuatro encuentros que siempre recordará a pesar de los motivos extradeportivos que ocurrieron por aquellas fechas.

La campaña 1999/2000 fue la mejor de todas las campañas que ha disputado, tanto es así que ni él ni el equipo pudieron hace ascos al proyecto poderoso del Villarreal. Víctor en esta temporada anotó 13 tantos en 34 partidos, datos que dan un caché que se incrementa el 23 de febrero de 2000 en el minuto 63 de un amistoso entre Croacia y España porque el entonces jugador del Real Valladolid sustituía a Luís Enrique y debutaba con la camiseta de la selección absoluta, los goles y la internacionalidad provocaron que Fernando Roig pusiera sobre la mesa 1.200 millones de pesetas para llevarse al jugador a Vila-Real. Cuatro campañas con los amarillos le valieron para ganarse a la afición castellonense de tal manera que tras los años cada vez que pisa el Madrigal es recibido con una tremenda ovación.

El proyecto que el comenzó iba creciendo como la espuma y donde empezó siendo un fijo y básico terminó siendo un complemento y ante la oportunidad de devolver al Real Valladolid a Primera volvió a hacer las maletas y regresa a su casa. Los comienzos fueron difíciles porque el equipo no regresaba a su sitio, pero todo cambió con la llegada de Mendilibar, a pesar de que se rumoreó al principio que el de Zaldívar no contaba con Víctor desde el primer partido (27 de agosto en el Molinón) se demostró que el 21 sería básico para la magnífica temporada del ascenso histórico.
La dupla que formó con Llorente, tan ilustre como la anterior con Peternac, devolvió al equipo a Primera, en esta campaña Víctor anotó su mejor cifra de goles en Pucela, convirtiéndose en Pichichi, 19 dianas que lanzaron al equipo al éxito que durante dos temporadas consecutivos se había resistido.

Ya en Primera las cosas funcionaron y convirtieron a Víctor en uno de los máximos goleadores del equipo tanto en Primera como a lo largo de su historia porque 81 tantos son muchos tantos y más si no se es delantero centro.
Víctor debe irse con la cabeza alta, desde su llegada en 1996 hasta 13 temporadas después ha sido básico y primordial para los éxitos, desde el citado partido en Vallecas hasta el del pasado 31 de mayo en el Ruiz de Lopera ha dado todo por el equipo y eso una afición no lo olvida porque lo llevaba grabado con letras de fuego.