Nada hacia presagiar que el Real Valladolid iba a fichar en el mercado de invierno. Tampoco se podía imaginar hace unos meses que el equipo blanquivioleta reforzaría la defensa, pero el partido del fin de semana pasado ante el todopoderoso Barcelona dejó claro que el equipo necesitaba un lateral izquierdo. Marcos demostró ante jugadores del poderío de Messi y Alves que la edad no pasa en balde, y, por su parte, Yuri Berchiche, con el que el cuerpo técnico cuenta, está muy verde y muy necesitado de minutos en el Promesas para convertirse en la realidad que muchos entendidos le califican.

El fichaje, más bien cesión hasta final de temporada, de Asier del Horno, era necesario. Era básico para cubrir un puesto muy importante en el sistema de juego de Mendilibar. Su llegada provoca en el Real Valladolid algo más que recorrido en el carril zurdo, a su vez suma a lo que se contrató en el pasado verano, gol y poderío en los balones parados y la estrategia. Porque pese a ser un defensa, sus números en cuanto a goles marcado son altos; su gran salto, junto a su buen cabezazo y zancada provocan que su presencia en el área rival sea casi mayor que la que realiza en campo propio. El único pero para que se vea esto y por consiguiente al mejor Del Horno, es que físicamente tiene que estar muy fuerte y tras llevar dos temporadas en el ostracismo será difícil o costoso. La temporada pasada disputó nueve partidos de Liga y este año ninguno, tan sólo la eliminatoria de Copa del Rey frente al Alcoyano.

Pese a los datos, y que se supone que la forma física del zurdo no es la mejor, la afición está contenta por la contratación. Se necesitaba un central o un lateral y con esta contratación se descarta el intento que mostró Mendilibar ante el Barcelona de colocar a Nivaldo en el lateral izquierdo. Segundo fichaje y seguramente el último, pero nunca se sabe, el mejor ejemplo es que nadie apostaba por fichajes y menos por Keko y Del Horno.