Sumando y mejorando poco a poco

Un Real Valladolid que mejora día a día, empata en Pamplona cuando toda la afición ansiaba un triunfo que por cuatro minutos se escapó. La consistencia defensiva y la movilidad de las bandas, sobre todo Keko, dejan una buena imagen blanquivioleta en un partido que se podría definir como serio por parte violeta.

No me gusta que los partidos se tilden como finales. Todos los equipos que cuando se han visto con el agua al cuello, han igualado el término partido al de final, han terminado en el pozo. En cambio, si me gusta la intensidad que produce una final, la lucha, la entrega y la insistencia que provoca un partido sin vuelta de hoja. Por ello, creo que la intensidad que el Real Valladolid imprimió al partido en Pamplona va a ser la misma que hasta final de temporada, y de ser así, el equipo estará más cerca de conseguir el objetivo de la permanencia.
Una victoria en los próximos encuentros eliminará de un plumazo el miedo del equipo, y la poca psicología para saber afrontar una ventaja, y es que, con el empate de Camuñas son dos partidos consecutivos en los que el conjunto de Onésimo no aguanta un resultado un periodo máximo de 15 minutos.


Antes del partido podía leer en un periódico en el mismo Pamplona, la opinión de jugadores rojillos acerca del encuentro. Los pupilos de Camacho avisaban a su afición, la cual contaba con los tres puntos, que el encuentro ante el Real Valladolid no iba a ser fácil. Hacerse con la victoria sería complicado y muy costoso porque estos partidos y a estas alturas son muy duros. Pasados los 90 minutos reglamentarios se hacen reales estas palabras. El partido fue duro y pese a que Osasuna lanzó tres lanzamientos a la madera de Justo Villar, el Real Valladolid dio la cara y mostró peligro, tanto es así que estuvo cerca de llevarse tres puntos. De haberlo hecho, y pese a estos tres palos, poca gente podría haber comentado que el resultado era injusto porque los de Onésimo disfrutaron de ocasiones para vencer. El remate de Manucho y Sesma que sacó con muchos apuros Ricardo, justo antes del empate de Camuñas, es el ejemplo de que los blanquivioletas estuvieron muy metidos en el encuentro y muy cerca de los tres puntos.

Sin Costa prevalece el juego directo
Se esperó hasta el último momento, pero no pudo ser. La violencia en las acciones del Real Zaragoza dejaron al Real Valladolid sin Diego Costa para el partido de Pamplona. Onésimo mimó al brasileño hasta el punto de estrenar casi en solitario con él, pero el jugador se descartó. Una recaída podría suponer una lesión grave. Sin el carioca el equipo pucelano tuvo que recurrir a otro plan. El planteamiento sin el pichichi constaba de jugar con dos puntas, Bueno entraba en el once en sacrifico de Haris. El objetivo del cuerpo técnico era buscar el juego directo y si el angoleño no podía con la opción del remate directo, su altura entre Sergio y Flaño, debía provocar la segunda jugada en la que el canterano madridista debía ser básico, pero no pudo ser. Bueno intentó moverse entre líneas pero no estuvo acertado, pese a esto, el juego de la dejada de Manucho y el disparo de Bueno se produjo en dos ocasiones, aunque ambas sin demasiado peligro para la portería de Ricardo.

Haris decisivo…desde el banquillo
Desde que Onésimo y Jorge Alonso llegaron al primer equipo del Real Valladolid, Haris Medunjanin había disputado todos los minutos, los 180. Pero en Pamplona todo cambió, y pese a que Pelé se lesionó en el calentamiento, el bosnio se quedó en el banquillo. Se suponía que el planteamiento de Mendilibar, tan criticado habitualmente, iba a ser copiado por Onésimo. Y así fue. A falta de 20 minutos para el final, Bueno dejaba su sitio en el terreno de juego al bosnio-holandés. El recibimiento de la afición blanquivioleta fue el esperado, saltar el bosnio al terreno de juego y corear su nombre es todo uno, sea el campo que sea e independientemente del número de pucelanos congregados y de los distintos sectores que sean.
A los 10 minutos de estar en Pamplona hizo de las suyas en el terreno de juego, también se le conoce por las que hace fuera de este. Haris no sabe marcar goles, sólo anota golazos y el del Reyno de Navarra es el cuarto de esta temporada, el quinto desde que llegó al José Zorrilla. Manucho le deja el balón con el pecho, el bosnio controla y conforme cae, le pega. El balón directo a la escuadra, ¡con la derecha!. Golazo y delirio blanquivioleta en Pamplona, que la mala suerte hizo que tan sólo durara seis minutos porque un centro, que según Villar salió del campo para volver a entrar, hizo el 1-1, y el decimoprimer empate del Real Valladolid en esta temporada.
Poco a poco el Real Valladolid va mostrando que de morir, lo hará matando, y que sobrevivir no es una utopía.

1 comentarios en "Sumando y mejorando poco a poco" ¡¡Anímate!! y participa

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Iñigo Gómez Zubeldia comenta....

Falló la defensa. Mereció ganar el Valladolid, la segunda parte les mareastéis. Medunjain, golazo que se quedó en un punto. ¡La victoria había sido clave!
Una pena porque estuve en el campo.

Animo.