La INTRAHISTORIA de la jornada 25

La cara de la responsabilidad
El rostro de Carlos Suárez tras la derrota en San Mamés era un poema. El presidente del club blanquivioleta era sabedor de que su persona era la responsable de esta situación. No el culpable, porque pese a que todo sabemos o intuimos donde va a terminar este proyecto siempre se guardan esperanzas. En el preciso instante en que el equipo, si finalmente se produce, desciende de categoría las miradas irán al palco de autoridades, lugar donde estará Carlos Suárez, que por aquel entonces será ya culpable.

El gran presidente que ostenta el Real Valladolid, porque es verdad, el equipo blanquivioleta tiene en su parte más alta y más visible a un mago de las finanzas, a un señor que con trabajo y tesón ha conseguido sacar de la ruina a un conjunto que estaba abocado a la desaparición. Pero este año todo dio un giro inesperado, todo el trabajo y la personalidad que Suárez había mostrado y que había sacado al conjunto del pozo de la Segunda división lo ha tirado por la borda, se ha dejado influir por ciertos sectores del club que buscaban algo más que protagonismo y que han demostrado que sus decisiones desde el mes de junio fuera erróneas.
Suárez se dio cuenta ayer de que muchas de las decisiones que había tomado eran erróneas porque como bien dijo Mendilibar en alguna rueda de prensa: “virgencita, virgencita, que me quede como estoy”.

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