Ante todo, REAL VALLADOLID DEPORTIVO
Cuanto han cambiado las cosas en un año. Bueno, en unos pocos meses. Recuerdo el año pasado, cuando el Real Valladolid llegó a Sevilla con el agua al cuello. En aquel momento, todos: afición, directiva, prensa y equipo, remaban en la misma dirección. Pese a que la situación no era la mejor y el equipo había dejado pasar una renta importante, el saber estar y el compromiso de toda la plantilla por los colores blanquivioletas eran tales, que la afición les apoyaba y moría con ellos, pero ahora no. Todo lo que está aconteciendo hoy por hoy en el club de la capital del Pisuerga, me avergüenza, y como a mi, a todos los aficionados del Real Valladolid. Ser portada de todos los medios de Internet por cosas como las acontecidas el domingo en Jerez, o en la mañana del miércoles, con lo sucedido ente jugadores y afición, me da vergüenza. Me hace sentir cobardía a la hora de asegurar que mi equipo es el Real Valladolid. Y es que no me siento identificado con todo esto. Mi equipo no es aquel que está formado por gente no profesional, por personas que no defienden el escudo del Real Valladolid. Me avergüenza, me deprime, que gente como Pelé represente al club, pero lo que es peor, a una ciudad de la talla de Valladolid.
Esto pinta muy mal, más bien fatal. Pero no porque el equipo este penúltimo, con opciones de terminar esta próxima jornada en el farolillo rojo, que también, sino porque la afición, que este verano batió todos los record de abonados de la historia, está empezando a estar cansada de la imagen de su equipo, de sus jugadores y de todos los estamentos que forman el club. Y por mucho que se descienda, que seguramente se hará, que se cambie el entrenador, que se cambiará, y por mucho que Roberto Olabe y Juan Carlos se vayan del club, que deberían de hacerlo de forma inmediata, etcétera, el Real Valladolid seguirá existiendo y como cualquier otro club deportivo necesitará de su afición. Ante este masivo rechazo que el club está sufriendo por parte de la afición, con toda la razón del mundo, Carlos Suárez ha decidido tomar medidas. La primera ha sido la famosa salida del equipo de Pelé. El portugués merecedor desde hace meses de esta medida por rendimiento en los partidos y en los entrenamientos, ha sido apartado del equipo de forma indefinida. Esto, que es en parte una decisión populista, ya que de llevarse a cabo como se ha llevado, junto al ex del Inter de Milán tendrían que irse otros compañeros, dando igual quienes fueran y cual fuera el contrato que les une al club pucelano, es una medida que hará que pensar, y mucho, a todos lo jugadores que tengan sus conciencias un poco sucias, porque ellos mejor que nadie sabrán que es lo que han hecho, cuando, y donde.
Hoy por hoy, me duele ser del Real Valladolid. Mejor dicho, me duele ser participe del club que esta plantilla representa, pero como dijeron los radicales que se concentraron en la tarde de ayer en los anexos: “pasan los años, pasan los jugadores, la directiva mañana ya no está. Yo quiero el club, quiero la camiseta…” y es lo que tiene que quedar, que por encima de todo está el REAL VALLADOLID DEPORTIVO, que es lo que importa y por lo que todos luchamos. Ahora más que nunca ¡¡Aupa PUCELA!!
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