Una asistencia a Nauzet y un gol, de penalti, son el escaso bagaje de Canobbio durante esta temporada en el Real Valladolid. El uruguayo venía de un verano movido por los asuntos extradeportivos que dejaron a Víctor fuera del equipo porque Olabe quería dar mayor protagonismo al ‘20’. Mendilibar, devoto de la calidad del ex del Valencia, confió en el desde el primer partido de Liga pero las lesiones, tan comunes en la carrera del jugador, dejaron al zurdo poco a poco fuera de los onces del vasco.

La llegada de Onésimo y el afán del vallisoletano por buscar el mal llamado ‘tiki-taka’ dieron a Canobbio el protagonismo que poco a poco había perdido. Algo muy parecido a lo que le ocurrió con el cuerpo técnico de Mendilibar le pasó con el de Onésimo. Tras un comienzo en que era importante pasó a ser un jugador de segundo plano, un futbolista que no partía con ventaja sobre sus rivales para formar parte del once. Al final de temporada, con el equipo con el agua al cuello, Clemente consideró que no era momento de jugar con futbolistas del corte del uruguayo o del bosnio Haris, y relegó a ambos al banquillo o a la grada. Ni siquiera el gran toque del Canobbio para el balón parado le sirvió para superar con creces los 1.800 minutos de juego.

NOTA DE LA TEMPORADA: SUSPENSO

¿FUTURO? Desde Valladolid se está diciendo que hasta que no llegue el nuevo Director Deportivo no se dirá que jugadores siguen y cuales no, pese a todo la marcha de Canobbio se da por segura. Su escaso rendimiento en las dos temporadas de violeta, sobre todo la última, y su alta ficha indican la necesidad de buscar equipo.