Decir que un jugador que ha marcado goles tan buenos para el equipo y de tanta belleza como los de Haris en Pamplona, Coruña o Cornellá hace pensar en temas extradeportivos. Mendilibar tenía en Haris un jugador de refresco porque tenía serios problemas tácticos. La afición no creyó al vasco y prefirió espolear a un jugador que a las mínimas se encaró con el José Zorrilla. Aquel problema en el partido ante el Villarreal fue la tumba del bosnio en Pucela, que pasó de ídolo y vitoreado por el público a centro de las críticas y el jugador más odiado de la plantilla.
El pasado verano llegó a prueba, convenció y se quedó, pero menos de dos años después es uno de los escasos jugadores sobre los que hay unanimidad en la afición sobre su futuro: marcha inmediata. Nadie quiere verle en el José Zorrilla, su gesto en el partido ante el Villarreal le ha hecho mucho daño a su imagen.

NOTA DE LA TEMPORADA: SUSPENSO

¿FUTURO? Por calidad y estilo no tiene plaza en un proyecto serio en Segunda división, y más si a esto le añadimos lo contado anteriormente. Pese a que el bosnio-holandés tiene contrato por una temporada más, nadie cree que en el mes de agosto Haris esté en Valladolid.