Hablar del periplo de Justo Villar en el Real Valladolid es hablar de trabas. Desde el verano de 2008, cuando Justo fue presentado en el estadio José Zorrilla, el paraguayo ha tenido que tratar con obstáculos. Algunos los ha superado y otros, en cambio, le han podido.

El futbolista venía como ídolo desde Argentina. Caminero, director deportivo del club en aquel momento, se lanzó a por el fichaje del cancerbero para atar una portería que por aquel entonces vivía serios problemas de las manos de Butelle y Alberto. Cuando Villar terminaba su contrato con Newell’s en Valladolid irrumpía con mucha fuerza Sergio Asenjo. El palentino se convertía en el primer escollo al que debía plantar cara el paraguayo. Él lo sabía y se interesaba por la situación del joven portero. Finalmente y tras los rumores de venta del canterano, Asenjo se quedó para competir con el nuevo fichaje. De esta lucha salió victorioso Sergio Asenjo. El hoy cancerbero del Atlético de Madrid le ganó por goleada al experimentado portero. Asenjo empezó la temporada y le robó la titularidad después de que Justo debutara por la primera lesión de rodilla del palentino.

Finalmente y tras un año de convivencia, Sergio Asenjo se fue. Lo que parecía una titularidad segura para el sudamericano deparó en el debut de Jacobo en Primera con el equipo. La mala racha de resultados le dio la oportunidad a un Villar que la aprovechó. Sólo una inoportuna lesión le impidió terminar la temporada como el cancerbero titular del Real Valladolid. Ante su oportunidad, Villar se chocó con la mala suerte.

Con el guión de la campaña del descenso en la cabeza llegó otra vez lo mismo. Protagonismo inicial para el paraguayo pero era Jacobo el que se llevaba el gato al agua. Esta vez la decisión se producía por aspectos deportivos. Los continuos desplazamientos del futbolista con su selección no gustaban a Antonio Gómez, que se decantó descaradamente por Jacobo. El cambio de entrenador le dio algo más de ‘bola’ hasta que otra inoportuna lesión le dejó sin posibilidades de terminar su periplo por Europa vestido de corto.

En resumen: rivales en la portería, lesiones, compromisos con Paraguay y un largo etcétera de problemas han hecho que Justo Villar, cuartofinalista del Mundial 2010, no pueda demostrar con la zamarra blanquivioleta lo que sí ha conseguido con la paraguaya, entre otras.