Jaime Jiménez es un portero experimentado que llega al Real Valladolid tras triunfar la última campaña en el Elche. El cancerbero de 188 centímetros y 80 kilogramos firma por las dos próximas temporadas
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Cualquier que hable o piense en Jaime Jiménez recuerda el último play-off de ascenso a Primera división de forma automática. Su actuación en el estadio de Los Cármenes en la ida de la final de la lucha por el ascenso fue mítica. El portero ciudadrealeño atojó, por dos veces, una pena máxima en el tiempo de descuento. Finalmente la mala suerte le privó a él y al Elche del ascenso tras empatar a un gol en el Martínez Valero. Pese a que los ilicitanos no consiguieron el ascenso, esa eliminatoria permanecerá siempre en la memoria del cancerbero.

Dicho partido y dicha acción son tan importantes para Jaime porque esos segundos de juego fueron el broche final a una temporada de ensueño. Jaime, como las dos anteriores temporadas, partía como suplente de Willy Caballero. El cancerbero argentino era un fijo para Pepe Bordalás y sólo un milagro le haría cambiar de opinión pasado el mercado de invierno. Dicho milagro llegó desde Málaga y desde los petrodólares del jeque malacitano. Con el mercado cerrado, la lesión de Sergio Asenjo abrió la puerta de la ‘Liga BBVA’ al argentino y la del éxito al español.

Mientras en Málaga se frotaban las manos con la ganga que resultó el precio abonado por Caballero, en Elche se alegraban de la venta al descubrir en Jaime un portero de garantías. Partido tras partido el ex del Granada 74 aportaba credenciales para confiar en él y demostrar que su gran rendimiento en el Ciudad de Murcia no fue fruto de un año.

El desaparecido equipo murciano es en el que Jaime debutó en la hoy llamada ‘Liga adelante’. Hasta que el ex blanquivioleta Abel Resino le dio la opción de debutar en La Condomina, el cancerbero no había tenido demasiada suerte. Periplos no muy exitosos por equipos de Segunda B como Zamora o Ceuta marcaban su carrera. El primer año con el apoyo del toledano se vio un cancerbero seguro y confiando en sí mismo. La siguiente campaña su rendimiento bajó y, de la mano de José Luís Oltra, los encuentros disputados también.

Pese a que el rendimiento en la campaña 2006/2007 no fue muy bueno, Carlos Marsa confió en él para liderar, bajo palos, el proyecto que creó en el Granada 74. En este equipo de nueva creación, Jaime fue básico. Ya fuera con Antonio Tapia o Marcos Alonso, otro ex blanquivioleta, en el banquillo, Jaime jugaba e intentaba contribuir para hacer del Granada 74 algo más que un capricho de su presidente. Finalmente no pudo ser y el Granada 74 perdió la categoría, para más tarde desaparecer.

Pese al descenso su campaña no fue mala. Tanto fue así que el Elche le ofreció un contrato de tres años. Un periplo que el portero recordará por su final, pero no por sus dos primeras temporadas y es que sus inicios en el Martínez Valero fueron duros. Siete partidos en dos años hicieron replantearse muchas cosas a Jaime. Finalmente no lo hizo, y el destino le guardó una sorpresa sin alegría final.