Un Real Valladolid muy práctico y seguro hace bueno el gol de Calle en el minuto 23. La expulsión de Guilherme a falta de media hora hizo los tres puntos aún más valiosos

El nuevo Real Valladolid llevaba, antes de su llegada a Granada, pleno de victorias. De los dos partidos que había disputado, uno de Liga y otro de Copa del Rey, había ganado ambos. Pero la casualidad quiso que ambos fueran en el José Zorrilla, por ello, el partido ante el Granada, fuerte equipo aspirante, era una buena revalida. En el estadio de Los Cármenes el equipo de Antonio Gómez mostraría su verdadero nivel. Los pucelanos debían dar el primer golpe sobre la mesa para mostrar que están para luchar y que son aspirantes para el ascenso. Y lo hicieron, ya creo que lo hicieron.

Pese a que el Real Valladolid no jugó un partido al nivel futbolístico de los otros dos encuentros si que disputó 90 minutos de fútbol serio, completo y ordenado. El partido en sí comenzó con gran dominio blanquivioleta. La primera media hora de encuentro el equipo violeta se comía al rojiblanco en posesión, rapidez de balón y generación de ocasiones. El equipo de Antonio Gómez era merecedor del gol que en el minuto 24 anotó Calle. El madrileño, que conseguía su cuarto gol en tres partidos, aprovechaba un gran pase de Nauzet Alemán para batir a Roberto. El tanto produjo un cambio brutal en el partido. Con el 0-1 el Real Valladolid empezó a replegarse y a esperar la contra mientras el Granada no se encontraba por el campo. Mientras unos y otros digerían el gol de Calle el árbitro, Ontayana López, comenzaba el show de tarjetas que dejaría al Real Valladolid con uno menos más de media hora. Comenzó amonestando a Mainz por una agresión a Calle que dejó en amarilla para terminar por Álvaro Rubio, y así dejar al doble pivote blanquivioleta amonestado.

Antonio Gómez apreció que el árbitro había perdido el manejo del encuentro, por ello decidió hacer rotaciones en el descanso y dejar en el vestuario a Jorge Alonso. El salmantino rozó la expulsión antes del descanso y Gómez consideró obligatorio dar entrada a Baraja para evitar la inferioridad numérica y, a su vez, dar al equipo mayor contundencia en lugar de la mayor llegada que podía producir ‘el negro’.

Guilherme deja al equipo con 10
El árbitro estaba amenazando con dejar a uno de los dos equipos con 10 en la segunda parte. Había mostrado tantas tarjetas amarillas en la primera parte, y por jugadas tan tontas y absurdas, que era inviable que alguno de los dos equipos no terminara con uno menos. Finalmente quien tuvo el ‘privilegio’ de marcharse a los vestuarios antes de tiempo fue Guilherme. El brasileño picó y cayó en la trampa del Granada. Los jugadores locales buscaban el toque y el contacto con los blanquivioletas para dejarse caer y dejar al árbitro entre la espada y la pared. Finalmente y en el minuto 65 Guilherme se fue a la calle y dejaba al Real Valladolid a la merced del gran trabajo defensivo para poder amarrar los tres puntos.

A los escasos segundos de que el lateral cedido por el Almería enfilara al túnel de los vestuarios ya estaba preparado Carlos Peña para retornar a la defensa de cuatro. El salmantino saltaba al terreno de juego en lugar del autor del gol, un Antonio Calle que había luchado todos los balones y que está haciendo de su debut con el Real Valladolid un sueño.

Empuje final del Granada
Ya en el descanso el entrenador local había realizado dos permutas en el equipo. La entrada de Collantes y Mikel Rico dio al equipo de Fabri mayor estabilidad en el juego y sobre todo, mayor sensación de peligro. Los locales merodeaban por el área de Jacobo pero no llevaban demasiado peligro creando ocasiones. Aunque si es cierto que con la superioridad numérica los granadinos obligaron a Jacobo a emplearse a fondo en dos ocasiones en ningún momento encerraron a los de Antonio Gómez.

Finalmente y tras 25 minutos de sufrimiento total, los de Antonio Gómez se hacían con tres nuevos puntos que hacen de los blanquivioletas uno de los pertenecientes al bonito grupo de ‘seis de seis’.

MVP del partido: Antonio Barragán