Todo hace indicar que Carlos Lázaro debutará esta noche en la ida de dieciseisavos de final de Copa del Rey. Tras no haber entrado en ninguna de las convocatorias de lo que llevamos de temporada, Antonio Gómez le dará la alternativa ante el Espanyol. Pese a que hoy, previsiblemente, salga de inicio, esto no es más que la oportunidad, doble, si después juega la vuelta en Cornellá, para terminar saliendo del club en el mercado de invierno o, a más tardar, el próximo verano.

Los hechos que está ‘sufriendo’ en sus carnes el olmedano no son más que los que en la campaña 2004/2005, y sus alrededores, vivió el hoy azulino Rafa López. El central de Peñafiel debutó en el primer equipo en el centro del campo de un conjunto, que finalmente terminó descendiendo a Segunda división. Como Lázaro la pasada campaña. La temporada siguiente estuvo marcada para Rafa por la falta de oportunidades. Terminó el año futbolístico de la mano de Marcos Alonso, tras empezar con Kresic, pero participando poco y siendo titular sólo en el torneo del K.O. Mismo guión que parece será el de Lázaro hasta el mes de junio. Al año siguiente, ante la previsión de las mismas pocas alternativas, se decidió que saliera cedido para competir en un equipo con metas más bajas que las del conjunto blanquivioleta pero donde tendría más partidos y minutos, la Sociedad Deportiva Eibar. En el equipo armero Rafa se hizo un futbolista más serio, más comprometido en sus funciones, y más competente. De ahí que en la siguiente temporada, ya de la mano de Mendilibar, el canterano fuera uno de los centrales con más minutos en el equipo. Y es que había vuelto un Rafa distinto al que se fue.

Viendo y analizando lo que sufrió y vivió Rafa López en el Real Valladolid, cuando estuvo sin oportunidades, todo hace llegar a la conclusión de que Carlos Lázaro vivirá (y debe) vivir las mismas. Carlos tiene 19 años. Con esa edad no se puede estar parado como él lo está y por ello lo mejor es una salida, una cesión como la que en su día vivió Rafa López. Un préstamo para poder disputar minutos está saliendo bien en el Real Valladolid. Primero fue Rafa López, después Álvaro Antón, este por partida triple, y el año pasado Jesús Rueda. Los tres compañeros, y canteranos, se fueron siendo grandes proyectos de futbolistas, buenas promesas, y volvieron siendo futbolistas reales y muy aprovechables para el primer equipo del Real Valladolid. Ahora, cerca de la apertura del mercado, Carlos está en la misma circunstancia porque en el seno del Pucela se confía en él y se sabe de su potencial pero quizás, ahora, con la presión que hay sobre el equipo, y sobre los futbolistas del centro del campo, no es el mejor momento para que el veinteañero vuelva a demostrar su nivel.