Los despropósitos pueden con las incógnitas

El Real Valladolid empata ante el Espanyol en un encuentro en que los pericos no sudaron para aguantar el resultado. Un penalti, fallado por Calle, marcó el devenir del partido

El partido fue un despropósito. Los jugadores de Antonio Gómez no vieron posibilidades de luchar por la eliminatoria y se dejaron llevar gran parte del partido. Si todo hubiera sido como los pucelanos hubieran querido el encuentro en Cornellá hubiera sido el partido de las incógnitas. Preguntas del calibre de: “¿Qué hubiera ocurrido si Teixeira no hubiera expulsado, injustamente, a Jesús Rueda en el partido de ida?”. El problema es que a la cuestión procedente de hace dos semanas había que sumar de forma rápida una más: “¿Qué hubiera ocurrido si Antonio Calle anota el penalti del minuto 10?”. Tantas cuestiones convirtieron el partido en un cúmulo de despropósitos que dejó al conjunto blanquivioleta sin posibilidad alguna de acercarse en el marcador de la eliminatoria.

Tal fue la desesperación blanquivioleta en la segunda parte, tiempo en que los de Gómez actuaron con uno menos por expulsión de Jofre, que el Espanyol no rompió a sudar. Tan sólo tuvo una ocasión clara de gol que aprovechó Osvaldo para matar la eliminatoria porque pese a que Barragán anotó un penalti en el minuto 77 los de Antonio Gómez había dicho adiós a la Copa del Rey en el minuto 22 del partido de Zorrilla.

Buscar lo positivo en lo negativo
Caer eliminado de una competición siempre es triste y doloroso. Por ello hay que mirar la parte positiva de una eliminación que duele pero que puede tener consecuencias positivas. La participación de Quique, Toni y Raúl Navas, el regreso de Carlos Lázaro y el liderazgo de Antonio Barragán son puntos positivos de un partido que no pasará a la historia del club pucelano ni al recuerdo de Antonio Calle.

MVP de partido: Antonio Barragán

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