Javi Guerra ante la fragilidad defensiva

Abel Resino debuta con derrota en un partido que el Real Valladolid dominó y que perdió por su debilidad defensiva. El triplete de Guerra no sirvió para puntuar

El refranero futbolístico dice que “a entrenador nuevo, victoria segura”, pero no con el Real Valladolid. También es cierto que el Numancia no había ganado fuera en toda la temporada pero lo hizo en el José Zorrilla. Vamos, que el equipo pucelano rompe los números, las estadísticas y se convierte en lo que se conoce como ‘el equipo aspirina’. Pese a que el equipo de Abel Resino empezó bien el encuentro y desplegó en muchos momentos un buen fútbol, terminó perdiendo en el último minuto y con remontada soriana como pasara el 21 de diciembre de 2008 en ‘Los pajaritos’

Minuto ocho de partido y Javi Guerra anota el 1-0. Poco después el delantero anotaba el segundo gol y parecía que encarrilaba el partido. Con el 2-0 en el marcador el Real Valladolid se relajó, como más tarde se relajaría con el 3-1. El bajón se producía en el aspecto defensivo. Las escasas llegadas del Numancia se convertían en gol. En cambio, la actividad y la fuerza ofensiva de los jugadores de ataque del Real Valladolid eran frenéticas. Un Javi Guerra espectacular era acompañado en ataque por un Nauzet asistente, un Sisi peleón y un Jofre incisivo. Todos gozaron de ocasiones en ataque pero de escaso trabajo y protagonismo de medio campo para atrás. Es cierto que los fallos defensivos se pueden marcar en jugadores en concreto pero los desajustes en las bandas y los pocos apoyos de los extremos hacia los laterales dejaban mucho terreno libre a Cedric y Barkero.

Pese a estos desajustes alrededor del área de Jacobo los de Abel Resino manejaban una renta de dos goles. Un marcador interesante que debía llevarse hasta el descanso. Encarrilar los segundos 45 minutos, donde este Real Valladolid flojea, con dos goles de ventaja era básico pero no fue así. Iñigo Vélez, en claros problemas con la afición numantina, se reivindicaba con un buen gol tan sólo un minuto antes de que el árbitro señalara el descanso.

El ‘psicólogo’ no ejerce como tal
Carlos Suárez comentó hasta la saciedad que buscaba un entrenador psicólogo que sacara mayor rendimiento a la plantilla pucelana. El máximo dirigente blanquivioleta contrató a Abel Resino porque le consideraba un entrenador que manejaba muy bien a un vestuario pero en su debut no lo demostró o lo intentó pero no pudo por la debilidad del vestuario. Con el gol de Iñigo Vélez el Real Valladolid tendría que haber afrontado la segunda parte basándose en los tres goles anotados y las buenas sensaciones realizadas más que ante la posibilidad de la remontada del Numancia. Pese a que los locales salieron mandando en el césped el paso de los minutos corría a favor de un Numancia que anotó tres goles para llevarse su primera victoria como visitante.

Borrachera de goles y de imprecisiones
En los últimos minutos de partido se pudo ver al Real Valladolid que despidió a Antonio Gómez. Se apreciaba un equipo nervioso, endeble e incapaz de impedir un gol visitante. Se veía a unos jugadores capaces de batir por cuarta o quinta vez a Eduardo pero incapaces de evitar un gol soriano. En el momento que Dimas avanzaba con el balón el miedo era patente en el verde y en la grada. No se transmitía seguridad. Las sensaciones, tanto positivas como negativas, se cumplieron una vez más. Lo que ocurre que de forma muy desigual. El Real Valladolid encajó tres goles, todos desde las botas, y cabeza, de Barkero, y tan sólo anotó uno. Cuestión de seguridad en uno mismo y de presión.

Imagen de 'Norte de Castilla'

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