Un Real Valladolid indolente pierde, justamente, en su visita a casa del último clasificado. El equipo de Abel sin ideas, juego ni ganas

Tras empatar en casa ante el Tenerife parecía que los pupilos de Abel Resino habían tocado fondo, pero no. En la visita al campo del Nastic sobrepasaron el ridículo tras no generar ninguna ocasión clara de gol y perder ante el último clasificado de la categoría. La nueva derrota del Pucela deja a los blanquivioleta con las miras en no descender y no en cumplir el objetivo para el que se confeccionó el equipo el pasado verano

Minuto 71, Nauzet dispara desde la frontal del área muy mansamente a la manos de Rubén Pérez. Esta jugada, intrascendente en la mayoría de los partidos, es destacable puesto que es el único disparo de los jugadores de Abel Resino entre los tres palos. Así no se gana un partido y ni mucho menos se puede luchar por ascender. Pero bueno, el objetivo del Real Valladolid cambia porque la realidad dicta que los puestos de descenso a Segunda B están pisando los talones del equipo. Jesús Rueda, canterano y jugador que siente el Real Valladolid lo afirmaba al final del encuentro: “debemos ser realistas y ver que los puestos de descenso están ahí”. Estos temidos puestos se acercan porque el equipo va a peor. Cuando parecía que Antonio Gómez no podía remontar el vuelo llegó Abel Resino que está firmando unos números y creando unas sensaciones que provocan más de un ataque de nervios a la afición.

Poco muy poco se puede hablar del partido. Se podría hablar mucho, pero sería para hacerlo del Nastic de Tarragona y de su juego. Un estilo no muy bello pero si muy práctico y que le valió para obtener la tercera victoria de la temporada.

Jofre anima el juego violeta
Fue sorprendente ver a Jofre y a Barragán en el banquillo para comenzar el partido. Ambos realizaron un encuentro de mérito ante el Tenerife pero no vieron recompensado el partido con una nueva titularidad. Finalmente ambos entraron en el terreno de juego y fue gracias al catalán cuando el equipo de Abel vivió sus mejores momentos. Su entrada dio salida a Óscar González y produjo un lavado de cara al equipo. Jofre buscaba constantemente las cosquillas a Medina y entraba en el área. Las internadas del extremo no terminaban en gol ni en ocasión porque ni la primera ni la segunda línea de remate estaban inspiradas.

El cambio de juego que produjo Jofre tan sólo duró 15 minutos. Pasado un cuarto de hora el canterano culé se contagió de la apatía del equipo y cayó en un bucle que terminó por dejar el partido en bandeja al Nastic que lo aprovechó en las botas de Rubén Navarro. Con la marcha de Raúl González a Alemania tuvo que aparecer una de las bestias negras del equipo blanquivioleta para empujarle un poco más.

¿Quién es el último clasificado?
La imagen del Real Valladolid tras los 90 minutos fue tan mala que un desconocido no dudaría en dictaminar quien era durante el partido el último clasificado: el equipo de los pantalones morados. El mérito de hacer, en este caso jugar, cada vez peor el trabajo es algo complicado que esta plantilla está consiguiendo porque no despierta del aletargo en el que se encuentra sumido.