'¡Ponte en pie!...porque vamos a volver' (CL)

Cuando las cosas no se hacen bien acaban mal
Me encantaría poder empezar hablando de aquellas gestas del Valladolid de antaño, pero sería algo ridículo ya que por suerte o por desgracia soy lo suficientemente joven como para no haberlas vivido. Pero el no haber visto con mis ojos gran parte de la historia blanquivioleta no me influye en la intención de hacer un análisis de la actual situación.

Por todos es sabido que la situación económica no es la mejor posible y que en Segunda división esto aún empeora más. Esta situación económica es un inconveniente pero jamás puede servir de excusa para justificar una mala gestión. Una mala gestión no es el simple hecho de jugar en Segunda porque siempre me baso en la frase que escuché una vez a un famoso periodista deportivo: “Cuando las cosas se hacen bien pueden salir mal, pero cuando no se hacen bien siempre van a salir mal”. Esta frase en el caso del Valladolid es perfecta y para demostrarlo tan solo tenemos que remontarnos al año del meteórico ascenso de José Luis Mendilíbar. Tras un tiempo dando tumbos por Segunda se contrata a un entrenador, que tras fracasar en Bilbao, empieza con ganas una nueva aventura.

Pues bien, Mendilíbar logra un rápido ascenso a la máxima categoría batiendo todos los récords. Tras dos años jugueteando con el descenso, el año pasado se llegó al absoluto esperpento alineándose todos los factores que pueden provocar un descenso (muchos fichajes, salida de pesos pesados en el vestuario, salidas nocturnas, cambios de entrenador, bicefalia en el vestuario…). Lo propuesto se consiguió y descendimos de nuevo. Pues bien, aquí estamos en la 'Liga adelante' en una situación límite y, lo que es peor, sin esperanza alguna.

En este punto es donde llega la clave; el mundo del fútbol es bipolar y dos partidos buenos lo cambian todo. En este caso, en vez de dos partidos lo alargo a una temporada en la que la actuación de un gran entrenador y una plantilla comprometida nos cegó a los seguidores, pero el desgaste del entrenador y la llegada de jugadores menos comprometidos, además del acomodo de algunos de los jugadores que fueron partícipes del ascenso, propiciaron un retorno al ridículo que se dinamitó este último año con seis entrenadores en algo menos de dos temporadas.

No quiero entrar en el tema institucional del club, ya que aunque todos más o menos nos hacemos idea de la intención de los accionistas, yo al menos no tengo datos para sacarlo a la luz. Lo que si tengo son datos para demostrar que la gestión de Carlos Suárez ha sido un absoluto desastre ya que el Valladolid no tiene un proyecto serio, no una idea de club, no se apuesta por la cantera, tampoco por un determinado tipo de juego, porque ya me dirán ustedes que tiene que ver Javier Clemente con Antonio Gómez.

En el tema de fichajes tampoco se mejora y para eso solo basta con ver los que llegaron la temporada pasada: Héctor Font está cedido en el Xerez, Fabricio está cedido en el Recreativo de Huelva, Nivaldo en el Maccabi, Pele jugando en Turquía, Diego Costa de vuelta en el Atletico de Madrid, Alberto Bueno, tras ser uno de los fichajes más caros de la historia blanquivioleta, cedido al Derby County.... Los únicos fichajes que siguen en la primera plantilla son Sisi, Nauzet y Barragán siendo titulares sólo los dos primeros. A lo que quiero llegar es que algo se está haciendo mal si tras un indecente número de fichajes tan solo un año después sólo valen tres de ellos y encima para una categoría inferior.

Quiero finalizar este artículo dando una visión menos catastrofista, ya que pese estar viviendo unos momentos muy duros institucionalmente hablando, al menos hemos tenido la suerte de disfrutar de un ascenso de record, de puntuar contra los equipos más grandes de España, del mejor gol que ha encajado el mejor portero del mundo, del gol más rápido de la historia de la Liga, de horas de bus celebrando la salvación desde Sevilla y eso es lo que a mí, al menos, me hace seguir de pie cuando menos apetece. Por todo esto lo único que puedo hacer es agradecer a los que han puesto su trabajo, sudor y algunos, incluso, sangre por la camiseta blanca y violeta y poner toda mi fuerza para gritar en contra de los que con sus decisiones parece que quieren que este Club quede en el olvido, porque yo sé que volveremos donde nos merecemos.


Alvaro García, aficionado del Real Valladolid accede a opinar sobre el Real Valladolid con este artículo de crítica sobre los dirigentes y de recuerdo sobre tiempos mejores. ¡¡Click aquí!! para seguir su Twitter

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