Un gran Barbosa junto a errores propios rompen la racha positiva del Real Valladolid. Una segunda parte triste llama a los fantasmas del pasado

La baja de última hora de Óscar González por gripe le venía de perlas a Abel Resino. El entrenador toledano aseguraba que el partido ante los canarios sería duro y con la baja del ex del Real Zaragoza, el Pucela tenía la opción de asegurar el centro del campo con la entrada de Jorge Alonso. El falso triple pivote generaba al Real Valladolid una mayora seguridad por el centro que Abel quería aprovechar con unas contra rápidas y encaminadas a buscar a Javi Guerra. El cambio de un único futbolista creaba el ‘plan B’ de los blanquivioleta. Una versión más defensiva

Pese a la entrada de un salmantino más defensivo por un compatriota más de ataque el objetivo del Real Valladolid seguía siendo el mismo: continuar con la mejor racha de la temporada. Aunque el objetivo del equipo no variaba el Pucela no salió ‘enchufado’. Hasta el minuto 17 en que Álvaro Antón y Javi Guerra gozaron de una clara ocasión, el Real Valladolid no apareció en el estadio de Gran Canaria. Eso sí, con la opción generada por el burgalés los de Abel Resino se vinieron arriba y se hicieron dueños del partido.

El Real Valladolid se hizo amo y señor del balón y de las ocasiones pero Barbosa, cancerbero local, se ganó los elogios. El portero argentino se erigió como ‘el mejor de los primeros 45 minutos’ gracias a tres acciones en las que salvó a los amarillos.

Josico condicionaba la segunda parte
Cuando mejor estaba jugando el Real Valladolid y parecía que más cerca estaba el gol blanquivioleta apareció la cabeza de Josico. El ex jugador del Villarreal aprovechaba una indecisión de la defensa visitante para anotar el 1-0 en el minuto 42. Pese a que Josico fue sustituido en el descanso, el canario dejaba condicionado el partido y sin tiempo para celebrarlo.

El medio centro no pudo celebrar el gol pero sí que pudo alegrarse de allanar el camino para que su equipo ganara tras 15 partidos. El 1-0 mató a los jugadores de Abel que saltaron a la segunda parte sin ideas para romper el buen entramado defensivo amarillo.

Un Pucela desaparecido en la segunda parte
Si en los primeros 45 minutos el Real Valladolid mereció más de lo que obtuvo, en la segunda mitad el premio que se llevaron los jugadores de Abel Resino, un gol en contra, fue excesivo para el juego desplegado. Ni una sola ocasión reseñable de los pucelanos. La falta de ideas, seguramente producida por la falta de efectivos y recambios, dejaba a los de Abel sin opciones de remontar el encuentro. Por su parte, los canarios seguían y aumentaban su plan. Los jugadores de Juan Manuel Rodríguez defendían a la perfección y, volvían, a aprovechar la única ocasión de peligro de la que gozaban.

Con el tanto de Armiche el encuentro quedaba resuelto y el Real Valladolid perdía la sonrisa que había recuperado con las últimas victorias. Se la dejaba en las islas porque sufría un ‘Déjà vu’ en la segunda parte que rememoraba partidos tan funestos como el de Alcorcón o Tarragona. Suerte que queda el sabor de una primera parte más que aceptable, algo que antes no existía.