Con una épica victoria, con remontada incluida, el Deportivo Guadalajara consiguió el pasado fin de semana el ascenso a la categoría de plata del fútbol español. Este hito es único en la historia del club morado porque se trata de la primera vez en la que el conjunto, ahora dirigido por Carlos Terrazas, asciende hasta una categoría profesional.

Pese a tratarse de un equipo que se ha movido por Segunda B o Tercera división, su estadio y su equipo no es algo nuevo para el Real Valladolid. Para el equipo blanquivioleta no será nuevo ni sorprendente tener que viajar al estadio Pedro Escartín de Guadalajara a lo largo de la próxima campaña. No será novedoso porque no hace ni tres campañas que los pucelanos disputaron un encuentro en tierras castellano-manchegas. No era un partido oficial pero si un encuentro interesante e importante para la afición local. El duela era el correspondiente a la XXXIV edición del ‘Trofeo Alcarria’, el torneo local. Para los habitantes de Guadalajara la visita de un ‘Primera’ era algo bonito y abarrotaron las gradas del coqueto estadio alcarreño.

El encuentro, y torneo, fue para el conjunto de José Luís Mendilibar. El entrenador vasco programó el partido, a comienzos de temporada, 8 de octubre exactamente, para los jugadores menos habituales en el comienzo de temporada e integrantes del filial. Con todo y con esto el entrenador de Zaldívar dispuso un once con Alberto en portería, línea de cuatro atrás formada por Aridane, Tejedor, Nano y Óscar Sánchez. El centro del campo lo formarían Haris Medunjanin y Borja, con Pedro León en una banda y Aguirre en la otra. Como delanteros formaron Kike, hoy jugador del Salamanca, y Henok Goitom.

Pese a que el Deportivo se adelantó en el marcador con un gol de Richi en el minuto 53, el equipo que vistió de negro aquella tarde-noche, consiguió dar la vuelta al marcador. Dos tantos del central Nano, en sendos remates de cabeza, y uno del veloz futbolista Kike López Delgado, dieron al Real Valladolid el privilegio de hacerse con el ‘Trofeo Alcarria’. El encargado de recoger el trofeo fue el capitán de ese partido, Óscar Sánchez.

Las ganas de rememorar este encuentro son las de la realidad. Aquel 8 de octubre de 2008, nadie podía imaginar que ambos equipos se enfrentaran en un partido más allá de un simple amistoso. Hoy por hoy, ambos conjuntos están en la misma categoría y el Real Valladolid deberá acudir al Pedro Escartín, otra vez, pero con un objetivo muy distinto. Aquel día fue para aprendizaje y confianza en la gente joven. La próxima campaña, la 2011/2012, el único fin blanquivioleta será el de la consecución de los tres puntos en juego.