De las derrotas también se debe aprender

La pretemporada del Real Valladolid va tomando forma y por ello el sistema con el que Miroslav Djukic afrontaba el partido ante el Sporting de Gijón fue diferente a los anteriores. El nuevo entrenador blanquivioleta, provocado por los descartes y los lesionados, decidió no formas dos onces y dar mayor protagonismo a dos jugadores con una posible reválida en el cuerpo. De esta forma, Alberto Bueno y Jesús Rueda formaron como titulares en las dos partes del equipo blanquivioleta.

Un once titular con nuevas variantes
Pese a que el nuevo cuerpo técnico blanquivioleta siguió con la idea de formar, en los primeros 45 minutos, con la mayor parte de jugadores con vitola de titulares, entraron 'nuevos' futbolistas. A las ya mencionadas novedades había que añadir las de Jorge Alonso o Marquitos.

Con todo esto el primer once que saltaba para luchar por el 'XIV Memorial Ramón Losada' fue el siguiente: Jaime en portería. Línea de cuatro para Barragán, Jesús Rueda, Marc Valiente y Carlos Peña. En el doble pivote luchaban Jorge Alonso y Álvaro Rubio para dejar en la media punta a Sisi, Marquitos y Óscar. En la punta de ataque estaba una de las mayores novedades y es que Alberto Bueno sería el encargado del gol.

Con este plantel, rodado y compenetrado pero con novedades, el Real Valladolid fue de menos a más. El equipo de Djukic aumentó su peligrosidad a la vez que adelantaba líneas en el humilde estadio de Luarca. Los blanquivioleta comenzaban muy dubitativos y con muchos problemas en la salida de balón. El tiempo afianzó a la novedosa pareja de centrales y desde ahí comenzó la mejoría pucelana. El sacrificio defensivo de Álvaro Rubio y Óscar González aumentaban el juego de combinación de los visitantes que minuto a minuto hacían crecer su presencia en el área de Cuellar.

Las transiciones rápidas y el toque son unas de las premisas básicas del nuevo Pucela. Para que estas tengan viabilidad es básico que el juego por bandas sea bueno. Para ello, Djukic no desestima en consejos para los laterales. Con estas ideas en el cabeza de todos, el club visitante comenzó a tener ocasiones pasado el minuto 20 de partido, momento en que los de Djukic se hicieron de forma total con el control del partido. En una de estas internadas por banda llegó un penalti a Barragán que provocó el tanto de Alberto Bueno y el 0-1 con el que los 22 hombres se fueron a los vestuarios.

Una segunda parte de goles y anarquía
Djukic tenía todo pensado. A la vez que el Real Valladolid hacía oficial el equipo para la primera parte, comunicaba el de la segunda. Para los segundos 45 minutos el conjunto blanquivioleta formaría con lo siguiente: Salcedo en puerta. Defensa de cuatro para Felipe, Jesús Rueda (abandonaría el campo en el minuto 60 para dar entrada a baraja), Juanito y Jordi. El doble pivote lo formaban Razak y Nafti. Mientras tanto, la parte más ofensiva corría a cargo de Jofre, Víctor Pérez y Alberto Bueno por detrás de Aquino, el hombre más adelantado.

Desde el primer minuto de la segunda parte se vio que el equipo blanquivioleta iba a perder la posesión del esférico y el dominio del juego. El cambio de pivotes no benefició al equipo en ningún momento y el Sporting se hizo con el poder del partido. A la poca iniciativa pucelana se sumó en el minuto 56 un jarro de agua fría. Carmelo empataba el partido de un magnífico golpeo de falta.

Los de Djukic no tuvieron mucha capacidad de reacción pese a que Aquino volvió a adelantar a los vallisoletanos. El Real Valladolid tomaba ventaja, otra vez, pero de forma ficticia. Los asturianos eran los líderes del juego y apretaban mucho la portería de Salcedo. Ante esto, el segundo equipo que había formado el serbio no sabía reaccionar ni hacer frente al juego gijonés a través de posesiones y ataques por banda, que sí habían realizado en la primera parte. Esta vez, el cambio de equipo no sentó bien al Real Valladolid, algo que sí ocurrió el sábado ante el Rayo Vallecano.

De la superioridad palpable del bando de Preciado llegaron dos goles que dieron la vuelta al marcador. Primero Mendy y después Sangoy sobrepasaron la meta blanquivioleta. Se podría decir que estos goles no hicieron justicia al juego de ambos equipos en los 90 minutos, pero es cierto que el Sporting manejó más los tiempos del encuentro y Preciado acertó más en el momento de los cambios.

Pese a todo, un partido más, otra vez ante un equipo de la ‘Liga BBVA’, y nuevas sensaciones positivas del equipo. Esta vez fue a ráfagas y de mayor a menor medida pero sin dejar de ser eso, sensaciones positivas de un equipo que sigue aumentando su rodaje y aprendiendo, porque de las derrotas también se aprende, o al menos se debería.
Imagen de 'Norte de Castilla'

Sin comentarios en "De las derrotas también se debe aprender" ¡¡Anímate!! y participa