“No prueben esto en casa” o “no realicen estos experimentos sin una supervisión” son frases hechas que se pueden aplicar y muy bien al experimento que Miroslav Djukic ha realizado en el encuentro ante el Real Murcia, tanto en la convocatoria como en el once del partido. Es bonito ver y poner en videojuegos muchos hombres con gol en el equipo titular. Colocar todos los delanteros que se tienen es de un gusto generalizado, pero no válido para la vida real. Apostar por un equipo tan descompensado no es viable para el momento en que te estás jugando tres puntos.

Javi Guerra, Nauzet Alemán, Alberto Bueno, Óscar González….todos son grandes jugadores pero no todos pueden jugar en el mismo once. El encuentro ante el Real Murcia lo demuestra. Lo ratifica porque desde el primer minuto el equipo no ha carburado y no se ha cansado de dar opciones y oportunidades al rival. El Real Murcia ha aprovechado las ayudas locales para sin darse cuenta colocarse con 0-2 cuando casi no se llegaba al cuarto de hora de partido.

Tras la ventaja, regalada en gran parte por los vallisoletanos, el equipo visitante ha manejado y ha desesperado al Pucela. Los de Djukic, desdibujados desde que Amoedo Chas daba el inicio al partido, no sabían reaccionar y, finalmente, tampoco lo hicieron.

Falsa reacción blanquivioleta
El Pucela cambiaba tras el descanso pero de una forma muy tímida. Tenía más el balón, generaba más ocasiones pero seguía siendo un equipo vulnerable y sin ideas. La entrada de Víctor Pérez y Jofre al descanso no ayudaban demasiado. Sí es cierto que ambos daban un lavado de cara al equipo pero no de esa forma prolongada y mucho menos al no conseguir esa revolución necesaria que el equipo pedía a gritos tras una de las primeras partes más horrorosas e insulsas que se recuerdan por el estadio José Zorrilla.

El Pucela tenía en la segunda mitad más oportunidades, se llegó a rozar el gol en tres ocasiones, sobre todo en un penalti que marraba Alberto Bueno en el minuto 65.

Hay días en las que es mejor no levantarse
En la segunda mitad del encuentro las oportunidades sí estaban, algo que en la primera parte no pasaba, pero nada, no era el día de los muchos atacantes que Miroslav Djukic dispuso en los 90 minutos de juego. Éste no ha sido el encuentro del Pucela. No ha conseguido ser él. Ahora lo que es verdaderamente importante, por no decir básico, es saber por qué no ha sido el Pucela de partidos atrás. Atajando ese problema el equipo tiene mucho ganado y así conseguirá ser otra vez el equipo fiable, con personalidad e ideas claras que fue en el inicio de campaña y en la pretemporada.