Las palabras de Nauzet tras el partido ante el Deportivo y los gestos de Manucho al entrar en el terreno de juego obligan al técnico serbio a un trabajo extra antes de visitar al líder

“Parece que tengo que hacer el triple que los demás para poder jugar 90 minutos”, las palabras que el lunes recogía ‘El Norte de Castilla’ de Nauzet Alemán tras el partido ante el Deportivo de la Coruña son un toque de atención al entrenador del Real Valladolid. Djukic debe hacer frente a estas declaraciones y al malestar de Manucho por entrar en el minuto 90, y así evitar que las disconformidades de ambos vayan a más.

El técnico serbio se pondrá el pantalón corto del Real Valladolid y jugará en la semana previa al partido ante el líder de la categoría un encuentro psicológico con dos pesos pesados de la plantilla. Dos jugadores especiales.

Gajes de una buena plantilla
Nauzet es un hombre al que sus declaraciones se le dan una trascendencia especial. El canario es un futbolista con una larga lista de apariciones en prensa y si dejamos a un lado las aparecidas en Canarias se puede ver que ‘Nau’ casi sólo habla cuando no es “titularísimo”, que diría Mourinho, en el equipo. Ya en su primer año en Valladolid digería muy mal la suplencia y se empezó a ‘borrar’ del equipo cuando Mendilíbar le sustituía con regularidad.

El año pasado ocurrió algo parecido con Antonio Gómez. El entrenador madrileño le sustituyó durante dos jornadas consecutivas y tuvo que hablar con él sobre el césped de los anexos para demostrarle su confianza. Ahora, vuelve a ocurrir lo mismo. Nauzet sigue sin digerir el banquillo. Como muchos futbolistas talentosos no puede estar sentado y cuando le dan la oportunidad de saltar al césped lo hace revolucionado. Este año en las dos ocasiones que ha entrado con el encuentro comenzado ha sido el mejor. Ante el Xerez anotó el gol de la victoria y ante el Deportivo fue el más destacado al romper en banda y asociarse con Javi Guerra. Este entendimiento con el malagueño es la mayor baza a la que se agarra el extremo canario. Pero claro, Djukic posee otras muchas que le ha regalado Carlos Suárez con una plantilla amplia y completa.

En esa gran plantilla se encuentra Manucho. El angoleño se ha reconvertido y lucha partido tras partido por hacerse con un hueco en el once inicial. Lo consiguió durante dos semanas pero el domingo sólo jugó el descuento del partido. Los minutos de la basura no sentaron bien al angoleño que se fue del estadio José Zorrilla con la cabeza baja, creado así una nueva disyuntiva para el mister.

Adiós a la sonrisa infinita
Ver a Manucho es ver una sonrisa continua. El angoleño es un jugador que ya salgan bien o mal las cosas, siempre tiene una sonrisa para todos, pero el domingo no fue así. Ante el Deportivo el ‘25’ no hizo el avión y no saludó a todos. Manucho se fue al vestuario sin su afamada sonrisa y lo hizo triste. El ex del Manchester no entendía el por qué de esa sustitución y se marchaba cabizbajo y sin sonreír. Se marchaba un Manucho desconocido con el que Djukic debe jugar un partido importante esta semana. Un encuentro psicológico para que el angoleño no tire por la borda todo el trabajo realizado desde la pretemporada y en el que también habrá tiempo para Nauzet.