En la tarde de ayer el Atlético de Madrid hizo oficial la salida de Gregorio Manzano del club rojiblanco. La eliminación del equipo madrileño de la Copa del Rey a manos del Albacete resultaba definitiva para dar por finalizada la segunda andadura del técnico jienense a la orilla del Manzanares.

Gran parte de culpa de que el ex técnico del Real Valladolid (1999/2000) haya sido relevado la ha tenido otro ex entrenador del Pucela. El pase a octavos de final de la Copa del Rey del Albacete Balompié de Antonio Gómez (míster blanquivioleta en la campaña 2010/2011) ha sido crucial para que Enrique Cerezo se decidiera a hacer oficial una destitución que parecía evidente dados algunos resultados colchoneros.

Lo curioso de este caso no es la salida de Manzano del Atlético de Madrid ni la victoria del Albacete, lo reseñable para el ámbito del Real Valladolid es la unión entre ambos entrenadores en el verano del 2010. En junio de 2010 Carlos Suárez buscaba entrenador y su primera idea fue Gregorio Manzano. Según lo que explicaba José Ignacio Tornadijo en el Diario AS el 5 de junio del 2010, el presidente del Pucela ofreció a Manzano un contrato por cuatro temporadas y la idea de ser Manager General. Es más, la idea de Suárez pasaba, según las líneas del diario del grupo PRISA, por la ayuda de un secretario técnico, que hubiera sido el mismo que le ha acompañado en estos meses en Madrid, José Luis Pérez Caminero.

Manzano no aceptó la propuesta de Suárez y el actual máximo accionista pucelano tuvo que mirar otras opciones. La primera de ellas fue Marcelino García Toral, que también rechazó la propuesta. Llegó un momento y ante el número de rechazos que sufrió Suárez que buscó una opción remota, una opción que muchos llamaron como ‘incógnita’ que no era otro que Antonio Gómez Pérez, actual entrenador del Albacete Balompié

Pues bien, tras el periplo de Antonio Gómez por Valladolid, nada exitoso ni en lo deportivo ni en lo personal, el madrileño se ha vengado por ser la enésima opción del Real Valladolid 2010/2011 con una victoria histórica que los desconocedores de la época Gómez en Valladolid usan para ensalzar al entrenador del quinto equipo del grupo IV (fuera del play-of) de Segunda B.