A veces el fútbol es más sencillo de lo que los puristas del balón lo quieren hacer. El duelo del Real Valladolid y el Alcorcón tiene un fundamento de tres minutos, el tiempo entre el golazo del equipo blanquivioleta y la acción que marca el partido y deja a los locales con un hombre menos. Tras la expulsión de Jaime Jiménez los visitantes se adueñaron del esférico e incomodaron a una seria defensa vallisoletano que sólo fallo en una ocasión, la del tanto de Miguélez a poco más de diez minutos para llegar al 90.

Tras la expulsión era obvio que los alfareros se harían con la posesión pero quizás no estaba tan claro que el Real Valladolid se entregara a la causa de los de Anquela. Una vez más Djukic ha demostrado que le cuesta leer los partidos en situaciones límite. Si en Huelva, con la expulsión de Tekio, el serbio movió mal el banquillo, esta vez no ha sido diferente. Con un hombre menos el planteamiento no ha sido el acertado. Al menos ahora hay excusa de cara al público ya que el equipo ha tenido que afrontar 80 minutos sin tres de sus mejores hombres, Javi Guerra, Óscar González y Sisinio González. Mucha dinamita para cualquier equipo pero que su ausencia no debe ser el porqué dentro del vestuario.

Enésima reválida para la defensa
Si el Pucela ha estado durante más de de una hora en inferioridad y sin recibir un gol ha sido gracias a los cuatro defensores. Siempre se dice que en el fútbol defienden y atacan todos pero en el encuentro no ha sido así. En muchos momentos los extremos pucelanos no ayudaban lo suficiente a los laterales y se mostraban más pendientes de la colocación para encaminar el contragolpe que de ayudar en tareas defensivas. Así los amarillos llegaban con mayor facilidad al área pero sin la precisión necesaria como para romper la portería.

En algunas fases los delanteros madrileños se mostraban poco acertados pero en la mayoría de las ocasiones era la pareja Rueda-Valiente la que llevaba al traste con las intenciones visitantes. Una vez más, y ya son varias, catalán y extremeño se han mostrado como un dúo fiable y seguro para el equipo de un Miroslav Djukic al que nunca se le podrá premiar por el ‘fichaje’ que hizo con el canterano en el eje de la defensa. Rueda crece por días y se le ve en los partidos. Ante el equipo de Anquela salió de sus botas la diagonal que terminaba en el golazo de Víctor Pérez, otra futbolista ‘Made in Djuka’.

Si alguien se lo merece es él
Siempre que un jugador del Real Valladolid habla públicamente ensalza al portero suplente del Real Valladolid. Todos consideran a Dani Hernández como un gran profesional que mira siempre más allá del éxito personal. Por ello, en el minuto 12 cuando el venezolano ha detenido el penalti, que había costado la expulsión de Jaime, el banquillo ha saltado. Todos los compañeros han visto en la acción el reconocimiento al trabajo diario bien hecho.

La pena de su debut en liga está en que el gol de Miguélez le ha borrado la sonrisa de los tres puntos para dejarle sólo la de la alegría del penalti. Eso sí, no hay problema porque en una semana, en Guadalajara, la que fuue su casa en la campaña 2003/2004, el sudamericano tendrá la opción de saber lo que es una victoria si el equipo se impone en el Pedro Escartín. Más tarde tocará la vuelta a la rutina y ver a Jaime bajo palos pero todo será más sencillo y gustoso si se hace con cutro puntos de seis posibles y dos semanas de tranquilidad en el trabajo para pulir el margen de mejora del que aún dispone el equipo.