Segunda derrota consecutiva del Real Valladolid como visitante que aumenta la sensación de crisis en el equipo. Las imprecisiones marcaron el juego blanquivioleta 

Abel Resino en su presentación como entrenador del Real Valladolid afirmó que para ascender “hay que saber administrar bien las crisis”. Las palabras del técnico toledano vivieron una afirmación la temporada pasada cuando el Real Betis de Pepe Mel ascendió tras vivir una racha de cinco derrotas consecutivas. Los verdiblancos pasaron un mes nefasto en el que no puntuaron. Pese a ello no se perdió la confianza en el grupo ni en el entrenador y los resultados terminaron llegando. Lo hicieron hasta el punto de que los sevillanos obtuvieron plaza de ascenso directo con unos números de infarto. 

Nos hemos cansado de escuchar que “la Segunda división es muy larga”, y es verdad, lo es. Es de tales dimensiones que hasta te permite encadenar una mala racha de resultados, un tiempo de malas sensaciones. Todos los equipos las han vivido y todos las han superado para salir más fuertes. La crisis de la 'Liga adelante' requiere un sólo aspecto para que sea productiva: tener un vestuario unido que reme en la misma dirección y el Real Valladolid lo tiene. Pocos equipos han estado más unidos que éste en unas circunstancias tan duras. Por ello, y ante ello, el equipo saldrá a flote. Lo hará en el próximo partido o quizás en el siguiente pero el Pucela abandonará la mala racha, eso seguro.

Sin rendir al 100% 

El convencimiento que me lleva a ver que este equipo saldrá de la mala situación y retornará a la senda del triunfo y del buen juego no me quita para ver que en Murcia no se ha jugado todo lo que este equipo puede desplegar. El equipo local no ha dado un repaso al blanquivioleta, ni mucho menos. Puede ser bueno el resumen de Miroslav Djukic en rueda de prensa: “ellos han materializado las ocasiones y nosotros no” pero se deba ahondar en el problema. En la Nueva Condomina el Real Valladolid no ha dado el 100% de su juego. No ha desplegado todo lo que puede dar y el resultado ha sido el que ha sido. 

En terreno murciano pocos jugadores han dado todo su potencial. ¿Hay excusas? Nunca se debe excusar nadie pero si demostrar unos motivos para explicar el porqué de algunos aspectos. La circunstancia de que el centro del campo violeta estuviera en el minuto 32 con amarilla pesa. Que Djukic haya insertado a Marquitos en la media punta para seguir escalonando al equipo ha restado presencia ofensiva. Eso sí, todos los motivos pueden hacer un cúmulo que argumente un poco la derrota pero tan sólo un mínimo porcentaje. El resto del problema es que ninguno de los 14 futbolistas que Djukic ha dispuesto en el maltrecho césped murciano ha dado todo su potencial, que es mucho y que en un cuerpo a cuerpo ganaría al del Real Murcia. 

Sin pesos pesados… 

“Puede que cuando esté no se note la presencia de Óscar, pero su hueco es enorme cuando falta", las palabras Joaquín Robledo la semana pasada en las línea de El Norte de Castilla se han visto reflejadas en varias jugadas del duelo ante el Real Murcia. A la ausencia del ‘10’ había que sumar esta vez la del máximo goleador, Javi Guerra. El Pucela se presentaba sin sus dos máximos artilleros y pese a tener jugadores de garantías en el banquillo, todo se nota. Ya no porque los otros jugadores lleven menos goles, sino porque ese menor números de tantos se debe a una menor disputa de minutos. 

Ante el Real Murcia ni Aquino, que debutaba en liga, ni Alberto Bueno ni Manucho ni Marquitos han inquietado la meta de Alberto Cifuentes, un cancerbero que ha disfrutado este año de sus partidos ante el Pucela y en los que no ha vivido el despertar de un equipo con alma, fútbol y ganas de triunfar que volverá muy pronto.