“Iremos a por el segundo gol pero sin correr riesgos”, declaraba Javi Guerra en el descanso del partido de Santo Domingo. Las palabras del malagueño a las cámaras de Canal Plus son el sentir del vestuario pucelano. No son palabras de especulación, son la pura realidad. Desde que comenzara el play-off, defender bien es el primer objetivo que ha tenido este equipo. 

El factor campo en las dos eliminatorias ha provocado que el Real Valladolid tenga prioridades en cada partido. En estos tres primeros encuentros el primer objetivo pucelano ha sido mantener la portería a cero pero sin olvidarse de que anotando la clasificación estaría mucho más cerca. Con dicha mentalidad los de Djukic han conseguido algo que no es sencillo. Dejar sin marcar, en su propio estadio, al cuarto y al sexto clasificado no es tarea fácil. Que un equipo que ha anotado 52 goles en toda la temporada, siendo 35 en su estadio, no anote en 180 minutos es por acierto del rival. Ése es el Real Valladolid ante el Córdoba en las semifinales. 

Los de Paco Jémez, con dinamita en la parte de arriba, no vieron puerta cuando más la necesitaban y, en gran parte, fue por la eficacia defensiva pucelana. Esa misma seguridad que valió el pase a la final se vio en el partido de ayer en Alcorcón. En un estadio que ha visto 34 goles de su equipo esta temporada, los pucelanos se mostraron seguros. Todo el equipo defendió y el resultado fue el que fue: nuevo éxito defensivo. 

300 minutos sin encajar gol

¿Cuántas veces se ha incorporado Javi Guerra entre los mediocentros a lo largo de la temporada? ¿Cuándo un delantero centro entra en el campo para ayudar en tareas defensivas? Ambas cuestiones tiene su respuesta en el partido de ayer en el Sur de Madrid. El pichichi blanquivioleta se incorporaba en tareas defensivas cuando más apretaba el rival porque el guión así lo exigía. Manucho, por su parte, entraba en el terreno de juego para ayudar en el juego aéreo defensivo en los últimos minutos. Ambos jugadores colaboraron porque el éxito se obtuvo. El Real Valladolid firmó su tercer partido consecutivo con la puerta a cero en el mejor momento de la temporada, cuando no encajar es como marcar dos goles.