Fernando Varela ha sido el mayor fracaso de la temporada. Quizás no por lo poco aportado sino por lo que se esperaba de él y la importancia del puesto para el que se le fichó 

La participación de Fernando Varela se podría resumir en pocas líneas, incluso en pocas palabras. El lateral derecho llegó en los últimos días de mercado. Fracasó en los minutos que disputó como blanquivioleta. Más tarde, se lesionó y, finalmente, se ha marchado del Real Valladolid con más pena que gloria. Esto ha sido todo, aunque todo debe ser argumentado buscando el porqué de la lamentable situación vivida. 

Su bagaje de minutos ha sido triste, sólo 90 minutos en Copa del Rey, pero su rendimiento aún peor. Varela llegaba avalado por nueve temporadas como titular en Primera división y nunca las ha justificado. Todo fue un espejismo. Desde su llegada el andaluz no estuvo y, lo peor de todo, no se le esperaba. La dinámica del futbolista era cada día peor. Cada semana que pasaba desde el club se afrontaba la ausencia del jugador como algo normal. Su baja, denominada de “indefinida”, borraba al ex del Real Betis y Mallorca de todos los planes del cuerpo técnico. 

Lo más curioso del caso es que nadie le echaba de menos. Nadie preguntaba por él y, en muchas fases de la temporada, muy pocos sabían cuál era su paradero. Viendo lo que el jugador aportó, lo que se esperaba de él y la importancia del puesto que vino a cubrir, todo tiene mayor relevancia. 

Un ascenso lo cubre todo 

No se buscan culpables. No se analiza la situación de cara al aficionado. El soñado ascenso de categoría lo tapa todo porque en el club, durante esta temporada, el fin justificaba los medios. El ascenso era un sueño obligado y daba igual si era con los fichajes sobre el terreno de juego, en la grada o en su tierra natal. 

El final de temporada borra de un plumazo a Fernando Varela de la historia del Real Valladolid. Dentro de unos años nadie se acordará de él, pocos escribirán su nombre en la lista de héroes que retornaron al Pucela a la máxima categoría. El jugador lo agradecerá. Si el club no hubiera cambiado de categoría se le hubiera señalado como uno de los culpables. Así, felices y contentos, mejor para todos, incluido Varela.
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