· El banquillo pucelano en el partido ante el Levante en Zorrilla (RV.es) ·

La posible ausencia de Ebert en el Calderón hace saltar las alarmas pucelanas. La ausencia del alemán podría limitar más aún a un equipo con carencias en muchos puestos

Con dos derrotas consecutivas y la visita al estadio del equipo más en forma de Europa en el horizonte, ya nadie duda de la mala planificación deportiva del Real Valladolid y de las limitaciones de una plantilla corta y sin variantes ante problemas y sobresaltos. 

¿Y por qué el miedo ahora? Se preguntarán muchos. La respuesta tiene nombre y apellido: Patrick Ebert. La posible ausencia del alemán en Madrid el domingo ha sobresaltado a los aficionados por la importancia del ex del Hertha de Berlín en este equipo. El inicio de temporada del germano ha sido bueno pero el miedo lleva a preguntarse si es tan importante es la baja de un futbolista que lleva escasas semanas en Valladolid. Parece ser que sí y no por las condiciones del futbolista sino por lo existente detrás detrás de él. En el Real Valladolid ha llegado la hora de mirar al banquillo y ver qué jugadores acompañan a Miroslav Djukic para sustituir al alemán. Al ver que ninguno puede completar ese costado diestro con las garantías de Ebert, el miedo se ha apoderado del entorno. 

Lo peor no es la ausencia del extremo diestro, lo más preocupante es que es solamente el primer problema de una larga y dura travesía hasta el mercado de invierno. ¿Qué ocurriría si la mala fortuna golpea al Pucela y pierde en una misma semana a Óscar González o Javi Guerra y Antonio Rukavina? Djukic perdería mucho potencial con la baja de sólo dos jugadores. En otras circunstancias y en otros conjuntos existen reservas y posibilidades, en este Pucela no. Si se lesiona, por ejemplo, Rukavina se debe improvisar y reconvertir a un compañero, perdiendo potencial en el juego blanquivioleta. 

El ejemplo de Abel Resino 

Viendo que la carga de minutos puede lastrar al equipo, Miroslav Djukic no tendrá otro remedio que revisar la programación física de su antecesor, Abel Resino. El preparador serbio deberá copiar el trabajo realizado por el toledano y fijarse en el mimo sobre determinados jugadores. ¿Hasta qué punto se puede exprimir a un futbolista? ¿Dónde está el límite del vestuario? ¿Con qué jugadores se puede arriesgar? ¿Qué demarcaciones tienen suplentes de garantías? Todas estas preguntas son cuestiones que si no han estado en la cabeza del cuerpo técnico estos días, estarán en los próximos al mirar el banquillo y ver las posibilidades. 

Quizás sin estas preguntas antes de la toma de decisiones, la temporada del Real Valladolid en Primera se convierta en “un infierno” como calificaba el que más sabe de esto, el preparador físico del Real Valladolid, Dejan Ilic, el pasado 31 de agosto.

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